viernes, 31 de mayo de 2013

El rover Curiosity localiza lo que pudo ser el curso de un río.






Guijarros redondeados en la superficie de Marte indican que una corriente de agua fluyó alguna vez en el planeta rojo, según un nuevo estudio realizado por un equipo de científicos de la misión 'rover Curiosity' de la agencia espacial de Estados Unidos, NASA, que se publica en la edición de este viernes en la revista 'Science'.

   Los guijarros redondeados de este tamaño son conocidos por formarse sólo cuando se transportan a través del agua a lo largo de largas distancias y estos fueron descubiertos entre el borde norte del cráter Gale del planeta y la base del monte Sharp, una montaña en el interior del cráter.

   El hallazgo representa la primera evidencia in situ de un flujo constante de agua en el paisaje de Marte y es compatible con las perspectivas de que el planeta una vez pudo haber sido capaz de albergar vida. "Encontrar los guijarros redondeados que se depositaron hace más de 2.000 millones de años era una cuestión de aterrizar en el lugar correcto", explicó el geólogo de la Universidad de California, Davis, en Estados Unidos, Dawn Sumner, coinvestigadora del Laboratorio de Ciencia de Marte de la NASA y coautora del estudio.

   "La razón principal por la que elegimos el cráter Gale como lugar de aterrizaje era observar las capas de rocas en la base del monte Sharp, a unos cinco kilómetros de distancia -dijo--. Sabíamos que había un abanico aluvial en la zona de aterrizaje, un depósito en forma de cono de sedimento que requiere de un flujo de agua para formarse. Este tipo de piedras se deben probablemente al medio ambiente. Aunque no elegimos el cráter Gale para este fin, esperábamos encontrar algo como esto".

   El hallazgo proviene de la exploración del Curiosity de la superficie de Marte durante sus primeros 100 soles (102,7 días en la Tierra) o días marcianos. Durante ese tiempo, el vehículo viajó a unos cuatrocientos metros de su lugar de aterrizaje, examinando varios afloramientos de losas de piedra, de las cuales el Curiosity tomó imágenes de alta resolución en tres lugares conocidos como Goulburn, Link y Hottah. El tamaño del grano, la redondez y otras características de las piedras llevaron a los investigadores a la conclusión de que habían sido transportadas por el agua.

   Sumner dijo que el descubrimiento involucra algunos de los principios más básicos de la geología. "En el primer día de mi clase de sedimentos, hago a los estudiantes medir el tamaño de grano y la redondez --señaló Sumner--. Es simple pero muy importante". El trabajo de Sumner en África del Sur y Australia estudiando signos de vida pasada microbiana en las rocas y en las comunidades microbianas que viven en la Antártida, lo que ayudó a la expedición a aterrizar en el lugar idóneo.

   La NASA reconoció que sus habilidades podrían ser fundamentales para el objetivo de la misión: determinar si alguna vez pudo haber existido vida en Marte. Como parte del equipo, Sumner ayudó a coordinar las primeras interpretaciones científicas de lo que se vio durante los primeros días del Curiosity en Marte, ayudó a dirigir el vehículo, a través del ordenador, para disparar fotografías del planeta, y continúa trabajando en la misión de la UC Davis.

jueves, 30 de mayo de 2013

¿Pudo profetizar esta piedra la muerte y resurrección de un Mesías judío?


La Piedra de Gabriel

¿Quién eres? Yo soy Gabriel”. Son palabras escritas en hebreo sobre una tabla de piedra, en la época del segundo templo de Jerusalén, hace más de 2.000 años, y encontradas durante la década pasada por unos beduinos en la zona del mar Muerto, en Jordania. Se trata, en esta zona, del artefacto arqueológico más importante desde los rollos bíblicos descubiertos entre 1947 y 1956, y se expone ahora y hasta enero en el Museo de Israel. Es fuente, además, de gran polémica, porque una sola línea, borrosa y difícil de leer, traducida de formas muy distintas, avanza o recoge para algunos estudiosos la muerte y resurrección de un mesías que puede ser Jesús de Nazaret.

Se trata de un artefacto insólito porque presenta un texto escrito con tinta sobre una roca, que, atendiendo a su superficie, permaneció siglos semihundida en el suelo, probablemente en una caverna o lugar cubierto. Sus 87 líneas, de las que solo se puede leer un 40%, narran la aparición del arcángel Gabriel a una figura humana, a la que le advierte de la destrucción de Jerusalén. “Pronto todas las naciones lucharán contra Jerusalén”, asevera. El segundo templo fue destruido por los romanos en el año 70 de la nueva era. Gabriel se identifica por nombre en tres ocasiones en el texto.

Ese arcángel aparece por primera vez en el Antiguo Testamento en el Libro de Daniel, de contenido apocalíptico. En el Evangelio de Lucas es el encargado de anunciarle a María que su hijo será Jesucristo. El Corán se refiere a él, con el nombre de Yibril, como la entidad celestial que le revela el verbo divino a Mahoma. En la nueva exposición en Jerusalén se muestran referencias al arcángel en antiguas ediciones de esos libros sagrados, desde una Biblia en hebreo manuscrita en Burgos en 1260 a un rollo del mar Muerto de hace dos milenios.

“En realidad, la roca es un rollo del mar Muerto pero sobre piedra. Sigue la misma técnica de escritura, de líneas y columnas, y también está confeccionado con tinta”, explica Adolfo Roitman, comisario de la exposición, titulada Yo soy Gabriel. “Es una muestra de que las palabras son eternas, frente a las ruinas de edificios de aquella época. La palabra se mantiene en el tiempo”.

Es, además, capaz de generar controversia inacabable. En este caso, por la línea número 80 de la piedra, incompleta. Habla de un plazo de tres días, y contiene una referencia al futuro. En 2007 el profesor y jefe de estudios bíblicos de la Universidad Hebrea de Jerusalén Israel Knohl se aventuró a avanzar una traducción: “En tres días vivirás”.

Aquello convulsionó el campo de los estudios bíblicos. ¿Existía un texto religioso posiblemente anterior a la era de Jesucristo que avanzaba el concepto de la resurrección de un mesías? ¿Contaban los primeros cristianos ya con un paradigma previo, que establecía que el hijo de Dios en la tierra resucitaría en un tercer día? ¿Acaso eran el mesías y su regreso al mundo de los vivos parte de la tradición judía y el cristianismo la hizo suya?

En los años pasados ha habido investigaciones, simposios, debates e infinidad de artículos escritos sobre las tres palabras hebreas en la roca. Knohl ha cambiado de idea sobre la traducción. Ahora acepta otra, más literal: “En tres días el signo será dado”.

“Aun así, creo aún que el texto se refiere a una nueva alianza para el pueblo judío, un nuevo testamento para Israel”, explica Knohl a este diario. “En la piedra se habla de la liberación de Jerusalén, de tres días, de alguien que asciende al cielo. Gabriel dice luego que lleva a alguien al cielo, y eso se conecta de algún modo con la tradición mesiánica. Se puede entender como una fuente para la tradición cristiana”, añade.


La piedra la adquirió el anticuario Ghassan Rihani, que tenía tiendas en Jordania y Reino Unido. En este último país la compró el coleccionista suizo-israelí David Jeselsohn. La ha cedido ahora temporalmente al museo israelí.

lunes, 27 de mayo de 2013

Científicos entrelazan dos fotones que nunca habían coincidido en el tiempo






Un grupo de físicos israelíes acaba de conseguir entrelazar dos fotones que nunca habían coincidido en el tiempo, esto es, que existieron en momentos diferentes. Primero generaron un fotón y midieron su polarización, un procedimiento que destruye la partícula que se quiere medir. Después generaron un segundo fotón, y a pesar de no haber existido al mismo tiempo que el primero, comprobaron que tenía exactamente la polarización opuesta, lo que demuestra que ambos estaban entrelazados. El hallazgo acaba de publicarse en arXiv.org.
 
A pesar de que el experimento parece más propio de la ciencia ficción que de un laboratorio real, no hay que olvidar que en el mundo de la física cuántica, el de las partículas subatómicas, las reglas no son las mismas que en el mundo que nos rodea. De hecho, las leyes de la física clásica, las que gobiernan la realidad que vemos a diario, dejan de funcionar a pequeñísima escala. Allí, en el reino de lo infinitamente pequeño, nuestra percepción y nuestra lógica, basados en la mecánica clásica, sencillamente, no sirven.

A pesar de ello, y por extraño que parezca, la mecánica cuántica no tiene problema alguno con comportamiento observado por los físicos israelíes en su experimento. El entrelazamiento cuántico, en efecto, no es una propiedad que pueda explicarse con las leyes físicas a las que estamos acostumbrados. Se trata de un estado en el que dos partículas (por ejemplo, dos fotones) entrelazan sus propiedades de forma tal que cualquier cambio que sufra una de ellas es inmediatamente “sentido” por la otra, que reacciona al instante y sin importar cual sea la distancia que las separa.

Y es que las partículas subatómicas, debido a un principio llamado de “superposición cuántica”, pueden existir en cualquier estado teóricamente posible al mismo tiempo. Un fotón, por ejemplo, es capaz de girar horizontal y verticalmente (polarizaciones diferentes) simultáneamente. Solo cuando se efectúa una medición concreta la partícula observada adopta un estado determinado. Y cuando se trata de partículas entrelazadas, como las del experimento, cuando se mide una de las dos y ésta se “congela” en un estado determinado, podemos estar seguros de que la otra ha asumido, en el mismo instante, el estado opuesto. Si medimos un fotón y observamos que tiene una polarización vertical, su “alter ego” tendrá una polarización horizontal.

 

Relaciones complejas


La técnica usada por los físicos israelíes para entrelazar dos fotones que nunca habían coincidido en el tiempo es bastante compleja. El experimento empezó produciendo dos fotones (que llamaremos 1 y 2) y entrelazándolos. El fotón 1 fue inmediatamente medido, por lo que quedó destruido, aunque no sin fijar antes el estado del fotón 2. Entonces los físicos generaron otra pareja de fotones entrelazados (3 y 4) y enlazaron a su vez el fotón 3 con el “superviviente” de la primera pareja, el fotón 2. Lo cual, por asociación, también entrelazó el fotón 1 (que ya no existía) con el 4. A pesar de que los fotones 1 y 4 no habían coincidido en el tiempo, el estado del 4 era exactamente el opuesto del 1. Es decir, ambos estaban entrelazados.
El entrelazamiento funciona de forma instantánea sin importar cual sea la distanciaa entre las dos partículas, ya sea de pocos cm. o que ambas se encuentren en extremos opuestos del Universo. Ahora, este experimento ha demostrado que el entrelazamiento no solo existe en el espacio, sino también en el tiempo o, más propiamente dicho, en el espaciotiempo.
 
Es pronto para decir cuáles podrían ser las aplicaciones prácticas del descubrimiento, aunque su potencial es enorme en el campo de la computación y de las telecomunicaciones. Por ejemplo, en lugar de esperar que una de las dos partículas entrelazadas llegue a su destino a través de una fibra óptica, esta técnica de “dobles parejas” permitiría al emisor manipular sus fotones, y por lo tanto su comunicación, de forma instantánea.


Fuente original de la noticia 

viernes, 17 de mayo de 2013

La ESA proyecta construir una base lunar enviando una impresora 3D




Un científico holandés de la firma Universe Architeture, Janjaap Ruijssenaars, ha creado el concepto de edificación mediante impresión 3D sin fin, creada a partir de materiales que se pueden reproducir mediante esta tecnología con materiales disponibles en el entorno y que luego pueden ser reforzados.

   Otra compañía, Studio Softkill, anunció recientemente un nuevo concepto de diseño llamado Protohome que utiliza piezas impresas fibrosas para la construcción de una "red" en lugar de una masa sólida en la construcción de una casa.

   Ahora, la Agencia Espacial Europea (ESA) y el estudio de arquitectura Foster + Partners han decidido investigar aplicaciones espaciales de la impresión en 3D, y están explorando la idea de utilizar la impresión en tres dimensiones para crear edificios, pero no en la Tierra.

   En su lugar, los equipos de ingeniería de ambas partes están investigando las propiedades del suelo lunar, conocido como regolito, para ver si este material podría ser utilizado para imprimir "ladrillos" para una base lunar, solución al problema de tener que transportar los materiales de construcción de nuestro planeta.

   Asi funcionaría el plan: Una cápsula, que alberga la impresora 3D, se envía a la superficie de la luna. Una vez aterrizada, una cúpula inflable que puede albergar a cuatro personas brota como una base, y luego capas de regolito se construyen para cubrir la forma inflable - operada por un robot - para solidificar una capa protectora.

   Una vez completa, la base lunar debe ofrecer protección contra meteoritos, radiación gamma y las fluctuaciones de alta temperatura. El lugar previsto para el nuevo edificio está en el polo sur de la luna, informa SmartPlanet.

   Por suerte, el regolito existe en la Tierra también y se han realizado pruebas preliminares. Los investigadores han creado una maqueta de 1,5 toneladas en una cámara de vacío para reproducir condiciones típicas lunares. Quizás en el futuro esto será una manera de comenzar nuevas exploraciones lunares al tiempo que ofrece protección adicional a futuras bases.


jueves, 16 de mayo de 2013

Científicos localizan dos ciudades perdidas en la selva Hondureña mediante tecnología láser






Científicos del Centro Nacional de Cartografía Laser Airborne de la Universidad de Houston han hallado lo que podrían ser dos ciudades perdidas bajo la tupida selva Hondureña. Los expertos se valieron  de un avión con un sistema que rebota miles de millones de pulsos láser en el terreno y mide el tiempo que estos tardan en volver.

Según han explicado los científicos, aunque la mayoría de los pulsos se reflejan en la vegetación, una pequeña fracción de ellos llega al suelo. De esta manera los investigadores pueden construir así un mapa de la superficie de la zona elegida. Este método se ha utilizado para el cálculo de la masa de la Amazonía o para "cazar" estructuras adicionales en Stonehenge (Reino Unido).

Ahora, un equipo ha decidido utilizarlo en los densos bosques de América Central y ha encontrado entre la vegetación "enormes agujeros negros en el mapa sobre el cual se sabe muy poco". Todos eran posibles ubicaciones de una ruina buscada como la Ciudad Blanca.

"La Ciudad Blanca es la leyenda más conocida en Honduras", ha explicado el científico de este proyecto Juan Carlos Fernández Díaz, en un artículo publicado en la prestigiosa revista Nature. Según ha indicado, los exploradores han buscado la ciudad perdida durante décadas, aunque muchos arqueólogos creen que puede ser un mito o tal vez una amalgama de otras ciudades mesoamericanas.

Los resultados de esta investigación se presentaron en mayo de 2012 al gobierno de Honduras y este miércoles se han hecho públicos en la reunión de la American Geophysical Union. En ella, el equipo ha mostrado imágenes inéditas del trabajo que "incluyen montículos regularmente espaciados y otras características lineales que componen al menos dos ciudades mesoamericanas".

Este proyecto está financiado por el cineasta Bill Benenson, que ya ha gastado casi medio millón de dólares en él. Los expertos han señalado que "no hay garantía de que el equipo acabe por encontrar la ciudad cuando comiencen las excavaciones". El grupo de trabajo quiere mantener en absoluto secreto el lugar donde se han realizado los hallazgos.

Por su parte, el autor principal del estudio, Christopher Fisher, ha indicado que este sistema puede acabar convirtiéndose en una herramienta común para los arqueólogos.


domingo, 12 de mayo de 2013

Una misión espacial para desviar un asteroide peligroso estaría lista en diez años.




A primera vista, poca gente incluiría los asteroides como potenciales desastres naturales. Y, si lo son, pensarán muchos, es algo que ocurre tan de tarde en tarde...... Hasta que un día, el 15 de febrero de 2013, por ejemplo, una roca de unos 17 metros entra inesperadamente en la atmósfera terrestre, estalla en el cielo y provoca centenares de heridos en la ciudad rusa de Cheliabinsk. Precisamente el mismo día pasa muy cerca del planeta otro cuerpo celeste, ese sí vigilado y conocido. La probabilidad de tal coincidencia es ínfima, pero ahí esta. “El de Cheliabinsk era peligroso, aunque nadie muriera, y lo habría sido aún más si hubiera entrado con un ángulo mayor”, explica el experto mundial Clark R. Chapman, científico del Southwest Research Institute (Boulder, EE UU).

¿Se puede hacer algo frente a esta amenaza que viene del cielo? Casi medio centenar de expertos de todo el mundo se han reunido esta semana en Madrid en unas jornadas de trabajo para preparar una hoja de ruta de medidas a tomar ante el peligro l de los Objetos Cercanos a la Tierra (NEO, en sus sigas en inglés). Su lista de medidas, tras dos días de debates, demuestra que se puede proteger el planeta y sus habitantes, incluso desviando la trayectoria de estos cuerpos del Sistema Solar, lanzándoles un proyectil, explotando una bomba en su superficie, o apartándolo poco a poco con un haz iónico. No se descarta utilizar un misil o una explosión nuclear, aunque se trata de tecnologías militares de difícil acceso, reconocen los expertos. Hay planes y, al menos, un prototipo podría estar listo en menos de una década.

El disparo de un misil nuclear es difícil al tratarse de tecnología militar
“Conocemos ya el 90% de los NEO de diámetro superior a un kilómetro, son un millar y ninguno es peligroso por su trayectoria; pero solo conocemos el 20% de los mayores de 150 metros, y de los de unos 30 metros, que pueden ser muy peligrosos, solo conocemos el 1%”, explicó Gerhard Drolshagen, responsable del programa de NEO de la Agencia Europea del Espacio (ESA), organizadora de la reunión de Madrid junto con la empresa espacial Elecnor-Deimos como anfitriona.
“El impacto de un NEO es un desastre natural que puede ser anticipado y evitado, a diferencia de los terremotos y las erupciones volcánicas”, recalcó el alemán Christian Gritzner. Ante un asteroide que lleve trayectoria de colisión con nuestro planeta, señaló, caben dos tipos de respuesta: aceptación del impacto o no aceptación. En el primer caso hay que estar preparados para dar la alerta y evacuar la zona, como se hace con los huracanes. Pero para objetos muy peligrosos, se pueden desarrollar estrategias de desvío de su curso o de destrucción en el espacio. Todo depende, dijo, del tiempo con que se cuente para tomar medidas, del tipo de NEO, de la órbita y velocidad que lleve... y de la tecnología disponible para cambiar su rumbo.



Fuente: Deimos Space.

El plan más factible es disparar un proyectil contra el asteroide, o explotar una bomba en él para modificar su velocidad y desviarlo, dijo Keith Holsable, científico de la Universidad de Washington, recalcando que, por ahora, “las incertidumbres sobre esos métodos están más en la respuesta del objeto al impacto que en los métodos para deflactarlo”.

El lanzamiento al espacio de un proyectil de algunas toneladas —dirigiéndolo hacia asteroide peligroso— es un reto asumible con la tecnología actual, coincidieron los especialistas. De hecho, la ESA tiene congelado un proyecto (Don Quijote) de Deimos que sería un prototipo de esa estrategia de desvío, con el añadido de una nave de observación que se acerque al blanco antes y después del impacto para estudiar el efecto. De momento, explicó Andrés Gálvez, director del programa de Estudios Generales de la ESA, “preparamos la misión Aida, con la NASA, en la que ellos hacen el impactador y nosotros la nave de observación”. El objetivo será un asteroide binario Didymos, de unos 150 metros de diámetro, y se haría en 2022 con un coste de unos 120 millones de euros por parte de la ESA y otros tantos de EE UU.

Pero no se trata solo de diseñar y lanzar los artefactos espaciales. Los especialistas dedicaron buena parte de la reunión en Madrid a debatir los parámetros que condicionarían el éxito de una misión de este tipo, como la forma del NEO, su masa, si es poroso o compacto, su rotación, etcétera. Para tener éxito en tal disparo hay que calcular todo muy bien, incluido el efecto de los fragmentos que se pueden originar.

Un objeto como el que estalló sobre Cheliabinsk podría ser de alto riesgo
“El método más adecuado para desviar un asteroide en curso de colisión con la Tierra, depende de su tamaño y de cuánto tiempo de antelación disponemos”, señaló Miguel Belló Mora, director de Elecnor-Deimos. “Para NEO muy grandes, de más de un kilómetro, el método más eficaz es usar una explosión nuclear, pero la probabilidad de una colisión de un objeto así con la Tierra es muy remota”, dijo este ingeniero aeronáutico. “Para la inmensa mayoría de los casos de posible colisión con riesgo (asteroides de entre 100 metros y un kilómetro), el método más eficaz es el impacto cinético, cuyo mejor ejemplo es el Don Quijote. En el caso de asteroides pequeños o de que dispongamos de muchos años para hacer el desvío, se podrían usar otros métodos como el tractor gravitacional o el chorro de iones”.

Sobre las explosiones, los expertos abordaron incertidumbres como, por ejemplo, si sería mejor provocarlas desde una cierta distancia, o enviar una sonda automática de descenso a la superficie del asteroide, perforar un agujero, colocar la carga y explotarla. Lo segundo supone una complicación técnica notable, advirtió Holsapple. El tractor gravitacional consistiría en situar cerca del asteroide una masa suficiente como para, por efecto gravitatorio, desplazar el NEO. En cuanto al chorro de iones, Claudio Bombardelli, de la Universidad Politécnica de Madrid, explicó la idea: situar a una cierta distancia del NEO un motor que emita un chorro de plasma y, sin tocarlo, irlo desplazando poco a poco. Este método (como el del tractor gravitatorio) sería lento, así que cabría aplicarlo en objetos que se viesen venir con antelación de varios años.

Con un chorro de antimateria se convertiría el objeto celeste en energía
Hay más ideas, varias de ellas muy atrevidas. A Juan L. Cano, ingeniero de Elecnor-Deimos, le tocó describir al menos una docena de sugerencias lanzadas en este mundillo de expertos en asteroides para apartarlos o destruirlos. Enganchar un sistema de propulsión al NEO para que se desplace; o ponerle una vela solar; dispararle con un láser para volatizar material del propio NEO y así moverlo; utilizar un asteroide pequeño como proyectil lanzándolo contra otro más grande; pintar el NEO para provocar alteraciones de la absorción de energía solar y acelerarlo, o incluso atacarlo con un cañón de antimateria para transformar el objeto en energía, son algunos de esos métodos alternativos y, al parecer, aún lejanos.

De regreso a la realidad más próxima, en forma de hoja de ruta para afrontar el peligro de los asteroides, Drolshagen resumió: “Primero hay que encontrarlos; segundo, hay que calcular la órbita de cada uno y, si alguno de puede acercarse a la Tierra, hay que estudiarlo detalladamente y ver si puede colisionar con nuestro planeta en los próximos cien años”. Ante un riesgo real, “¿Qué hacer? Lo primero, establecer las contramedidas de alerta o poner en marcha una potencial misión espacial de mitigación”. Desde luego, estos planes tienen que ser de plena colaboración internacional, señaló, y no solo de las agencias espaciales, sino también de otras instancias, incluida la ONU.

Un telescopio en Venus podría vigilar bien la llegada de rocas
La búsqueda y catalogación está en marcha, aunque queda mucho por hacer. Los protocolos de evaluación detallada de daños potenciales están poco formalizados. Asumiendo que un asteroide de entre 20 y 50 metros puede generar graves daños de alcance local en una zona habitada, la hoja de ruta incluye la elaboración de modelos que ayuden a las autoridades a tomar decisiones sobre alertas, evacuación, protección de infraestructuras, etcétera.

En la prevención, mucho depende, por supuesto, de la anticipación con la que se conozca la llegada del NEO. Si es que se le ve venir. El de Cheliabinsk el pasado febrero no se pudo ver, explican los científicos, porque vino desde la dirección del Sol, lo que deja ciegos a los telescopios. Una solución, señaló Cano, sería poner un telescopio en órbita de Venus, por ejemplo, y mirando hacia la Tierra con la estrella detrás, para cubrir esa zona ciega de vigilancia. “Los asteroides hay que buscarlos y vigilarlos con telescopios, porque el radar solo tiene alcance de unas cinco veces la distancia a la Luna (para un NEO de unos 500 metros), y eso da muy poco tiempo de alerta”, advirtió Drolshagen. Tanto para mejorar la vigilancia como para preparar misiones espaciales de defensa activa contra los NEO hace falta dinero.

¿Merece la pena? Gritzner jugó con la famosa frase de Albert Einstein, sobre la mecánica cuántica, “Dios no juega a los dados”, para acabar su charla con su apostilla: “¿Y a los bolos?”


jueves, 9 de mayo de 2013

Según científicos rusos, el hallazgo del meteorito de Tunguska «es ridículo»





Hace tan solo unos días, Andrei Zlobin, de la Academia de Ciencia de Rusia, explicaba en Arxiv, el archivo online para borradores científicos que administra la Universidad de Cornell, que creía haber encontrado tres meteoritos procedentes del evento Tunguska, el mayor estallido de un objeto celeste contra la atmósfera de la Tierra que registran los libros de Historia y que sucedió en una remota región de Siberia el 30 de junio de 1908. Zlobin había esperado unos 25 años antes de hacer público su hallazgo. Sin embargo, otra científica rusa, Natalya Artemyeva, cree que lo afirmado por su colega es, simplemente «ridículo».
 
La poderosa explosión de Tunguska, mil veces más potente que la bomba de Hiroshima, derribó cerca de 80 millones de árboles en un área de 2.000 km cuadrados y tumbó carruajes y personas a 500 km de distancia. Provocó una muerte, según los registros históricos. Los científicos creen que fue provocado por el impacto de un cometa o de un asteroide, pero nunca se encontraron sus restos. El objeto pudo haberse volatilizado al atravesar la atmósfera.

Zlobin empezó la búsqueda de los meteoritos en 1988, pero no fue hasta 2008 que identificó tres rocas en el lecho del río Khushmo, cerca del área de impacto, que le resultaron sospechosas. En su superficie, se distinguían las impresiones de los meteoritos que arden al penetrar a gran velocidad en al atmósfera. Zlobin analizó los anillos de los árboles de la zona para conocer qué temperatura se había alcanzado el día de la explosión. Esta no era tan caliente como para fundir las rocas sobre el terreno, así que el investigador concluyó que los fragmentos con marcas de calor tenían que haber llegado del cielo. Sin embargo, admite que todavía no ha realizado análisis químicos de las rocas.

Natalya Artemyeva rechaza la teoría: «Incluso si asumimos que las piedras que encontró (Zlobin) son realmente meteoritos (que no se ha demostrado todavía), sería necesario demostrar que son fragmentos de Tunguska», dice a la agencia rusa RiaNovosti. «Hay muchos meteoritos en la Tierra. Durante más de 100 años desde la caída del cuerpo espacial de Tunguska, el peso del polvo meteórico y de pequeños meteoritos que han caído en esa región ya supera la masa del Tunguska», agrega.

 

Comparable al Halley


Artemyeva se muestra sorprendida de que su colega no haya realizado todavía análisis geoquímicos de los fragmentos. «Es ridículo. No se puede decir por el aspecto de una piedra que se trata de un meteorito», subraya. «No creo que aquí haya motivos para la discusión científica».
Según el estudio de Zlobin, incluso si se confirma la relación de las rocas con el evento Tunguska, las muestras no desmienten necesariamente la teoría que se trata de un cometa de hielo, ya que su núcleo podría haber contenido pequeños cuerpos de piedra pequeños. Según sus cálculos, el corazón del objeto de Tunguska podría tener una densidad comparable a la del núcleo del cometa Halley, formado por hielo y polvo.



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miércoles, 8 de mayo de 2013

Curiosity podría estar buscando rastros de vida en el sitio equivocado




Una gran montaña marciana de unos 5.500 metros de altitud, y que los científicos sospechan que conserva evidencias de un enorme lago, en realidad podría haberse formado como resultado de la atmósfera polvorienta del planeta rojo. Asi lo sugiere un nuevo análisis de las características del montículo, que no es otro que el Monte Sharp, donde opera el rover Curiosity.

   Si esto es correcto, la investigación podría diluir las expectativas de que este monte conserva evidencias de la existencia pasada gran masa de agua, lo que tendría importantes implicaciones para la comprensión de habitabilidad pasada de Marte.

   Investigadores de la Universidad de Princeton y el Instituto de Tecnología de California indican que el montículo, conocido como Monte Sharp, muy probablemente surgió como resultado de fuertes vientos que concentraron alló el polvo y arena procedentes de los 96 kilómetros de ancho del cráter en el que se encuentra el montículo.

   Informan en la revista Geology que el aire que probablemente se levanta de el enorme cráter Gale, cuando se calienta la superficie marciana durante el día, luego barre hacia abajo sus paredes escarpadas en la noche. A pesar de fuertes paredes del cráter Gale, estos "vientos de ladera" habrían venido a desembocar en el centro del cráter, donde el polvo fino en el aire se habría acumulado para eventualmente formar el monte Sharp.

NO SURGIÓ DE SEDIMIENTOS DE UN LAGO

 

   Esta dinámica contradice la teoría predominante que el Monte Sharp se formó por capas de sedimentos del lecho de un lago, y podría significar que el montículo contiene menos evidencia de un pasado clima marciano parecido al de la Tierra, tal y como la mayoría de los científicos esperan actualmente. La evidencia de que el cráter Gale, una vez contuvo un lago determinó el lugar de aterrizaje del rover Curiosity de la NASA.

   El explorador aterrizó cerca del monte agudo en agosto pasado con el propósito de descubrir evidencias de un entorno habitable, y Curiosity halló en diciembre rastros de arcilla, moléculas de agua y compuestos orgánicos. La determinación del origen de estos elementos y cómo se relacionan con Monte Sharp centra las investigaciones de Curiosity.

   Pero el monte Sharp probablemente nunca estuvo bajo el agua, aunque una masa de agua pudo haber existido en el foso alrededor de la base del monte Sharp, dijo el co-autor del estudio, Kevin Lewis, becario de investigación de Princeton y participante en el programa Curiosity. La tarea de determinar si Marte pudo albergar alguna vez con sustento para la vida podría ser mejor dirigida a otras partes, dijo.
   "Nuestro trabajo no excluye la existencia de lagos en el cráter Gale, pero sugiere que la mayor parte del material en el Monte de Sharp se depositó gran parte por el viento", dijo Lewis.


martes, 7 de mayo de 2013

Descubren indicios de un continente perdido en el Atlántico





Una expedición inédita al fondo del Atlántico Sur descubrió rocas continentales en una montaña submarina que se creía de origen volcánico, pero que indicarían que se trata de un continente hundido a unos 1.500 kilómetros de la costa de Brasil, informaron hoy científicos de Brasil y Japón.

La expedición, la primera realizada a aguas profundas del Atlántico Sur con la ayuda del único submarino tripulado del mundo capaz de bajar hasta 6.500 metros de profundidad, recogió muestras de granito, una roca continental, en la montaña submarina conocida como Elevado del Río Grande.

"El Elevado del Río Grande siempre fue considerado como una montaña submarina de origen volcánico semejante a las que hay frente a la costa de África, pero vimos ahora que sus rocas no son volcánicas sino continentales", afirmó el presidente de la Compañía de Investigación de Recursos Minerales (CPRM) de Brasil, Roberto Ventura, en una conferencia de prensa en Río de Janeiro.

"Es como si un continente se hubiese hundido en la época en que Sudamérica se separó de África. No sé lo que eso implica jurídicamente, pero desde el punto de vista científico y técnico, encontrar un continente perdido es una gran novedad", agregó.

Según los geólogos, como consecuencia de movimientos tectónicos, una masa terrestre pudo haberse hundido en el océano durante la separación de la llamada Pangea, como era conocida la gigantesca masa continental que existió al final de la Era Paleozoica y cuya división formó los continentes hoy conocidos.

La expedición oceánica fue fruto de una asociación entre Japón y Brasil y contó con la participación de un geólogo de CPRM -la estatal responsable por estudios minerales en Brasil- que pudo realizar un viaje de ocho horas en el submarino, hasta una profundidad de 4.200 metros, en el que vio las rocas continentales y recogió muestras.

Los siete viajes hasta ahora realizados en el Atlántico Sur a bordo del minisubmarino japonés Shinkai 6500, con capacidad para tres tripulantes (dos pilotos y un científico) y equipado con brazos mecánicos y cámaras de alta resolución, permitieron observar por primera vez las cuestas de la Elevación del Río Grande.
Se trata del más importante complejo de montañas submarinas en el Atlántico Sur, con alturas que llegan a 3.200 metros desde el lecho del océano, su cima ubicada a unos 700 metros de profundidad y que, jurídicamente en aguas internacionales, separa el margen continental brasileño de los grandes fondos oceánicos.

Ventura anunció que la CPRM lanzará este mismo año una licitación para elegir a una empresa de perforación que pueda recoger más muestras de rocas en la Elevación que confirmen su posible origen continental, así como el potencial mineral en la región.



La montaña submarina fue inspeccionada como parte del crucero Iata-Piuna, una expedición realizada a bordo del navío de investigación oceanográfica japonés Yokosuka, que reúne a científicos de Brasil y Japón, y cuyo objetivo es explorar el margen continental brasileño y la parte adyacente del océano, incluyendo la Elevación del Río Grande y el Dorsal de San Pablo.

El crucero forma parte del proyecto aún mayor, bautizado como "Búsqueda por los Límites de la Vida" (Quelle 2013) y con el que la Agencia Japonesa de Ciencia y Tecnología de la Tierra y del Mar (Jamstec) se propone explorar este año parte de los ambientes más profundos de todo el mundo, principalmente en el hemisferio sur.

La embarcación japonesa ya pasó por el Océano Índico Central y, tras su expedición por el Atlántico Sur, se dirigirá al Mar Caribe y a Océano Pacífico en la región de Tonga.
En el viaje por el Atlántico Sur, que comenzó el 13 de abril y se extiende hasta el 27 de mayo, fueron invitados cuatro científicos brasileños, así como un geólogo del CPRM y otro de la petrolera estatal Petrobras.

viernes, 3 de mayo de 2013

Telepatía y una fuerza sobrehumana, superpoderes de soldados del futuro






El Ministerio de Defensa del Reino Unido anunció su intención de entrenar en un futuro relativamente próximo a los 'soldados universales' con superpoderes y capacidades mentales avanzadas, incluida la telepatía, según publicó el diario 'Daily Mail'.

Centrándose en la investigación del cuerpo humano y las características del cerebro, los militares británicos concluyeron que dentro de unos 30 años el Ejército podría entrenar a los ‘soldados del futuro’ para que fueran capaces de levantar grandes pesos, correr grandes distancias a alta velocidad, tener visión nocturna a base de infrarrojos gracias a un chip integrado en su cerebro e incluso transmitir pensamientos mediante la telepatía electrónicamente generada.
Aunque todas esas capacidades se asemejan más a las de una película fantástica, la ciencia actual, según los recientes datos del Ministerio británico de Defensa, ya tiene lo suficiente para convertir estas ficciones en realidad. De acuerdo con los resultados de la reunión, a la que asistieron representantes del Ejército y de la comunidad científica, ya en el año 2045, los avances en la tecnología médica permitirán crear una clase de seres humanos genéticamente avanzados.
Actualmente, la compañía de EE.UU. America’s Lockheed Martin está desarrollando un exoesqueleto robótico conocido como el portador de carga humano universal (Human Universal Load Carrier), que permitirá a soldados llevar cargas de gran tonelaje con el mínimo esfuerzo. Dicho esqueleto es ultraligero, altamente móvil y se ajusta a la parte exterior del cuerpo con sus propias patas de titanio, que transfieren el peso de cualquier carga al suelo. Los prototipos del aparato ya se están probando en condiciones de combate en Afganistán.
Por otra parte, la concepción de la supersangre también interesa a los militares. Los médicos llevan mucho tiempo trabajando en la elaboración de sangre artificial que se pueda almacenar durante meses o años y donar a cualquier paciente.  
 
Ahora esa posibilidad está cerca de hacerse realidad, gracias a los equipos de científicos británicos, como los de la Universidad de Sheffield, donde los químicos crearon una 'sangre plástica' que imita a las células rojas de la sangre y puede transfundirse con éxito a más del 98% de pacientes. Los militares, por su parte, opinan que versiones futuras de la sangre artificial aumentarán su capacidad de transportar oxígeno y nutrientes por el cuerpo, reforzando así los músculos y las actividades cerebrales, y también permitirán que las heridas se curen más rápidamente.

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