lunes, 4 de noviembre de 2013

El telescopio Planck puede haber obtenido pruebas de la existencia de universos paralelos.




¿Es nuestro universo simplemente uno entre millones? La primera prueba de que existe un número indeterminado de “multiversos”acaba de ser anunciada gracias a un mapa cósmico que recoge los datos de la radiación de fondo conseguidos por el telescopio Planck. Se trata de la primera evidencia contundente de la existencia de otros universos, y ha sido proclamada por un equipo de cosmólogos que estudiaban los datos conseguidos por el Planck el pasado mes de junio. La conclusión más sorprendente del estudio es que algunas de las anomalías detectadas sólo podían estar ocasionadas por la fuerza gravitacional de otros universos.

“Este tipo de ideas pueden sonar algo absurdas en este instante, justamente como sucedió con la teoría del Big Bang hace tres generaciones –explica George Efstathiou, profesor de Astrofísica en la Universidad de Cambridge-. Pero ahora tenemos una serie de evidencias que han cambiado el modo en que teorizamos sobre el universo”.

Los científicos habían predicho que los datos conseguidos podían ser un fiel reflejo de la distribución de la radiación, pero el mapa muestra una fuerte concentración en la mitad sur del cielo y un ‘punto frío' (‘cold spot’) que no puede ser explicado con las leyes actuales de la física. Los científicos Laura Mersini-Houghton, física teórica en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, y Richard Holman, profesor en la Carnegie Mellon University, predijeron la existencia de esas anomalías en la radiación en el año 2005 y las achacaron al “tirón” gravitatorio de otros universos.

La Doctora Mersini-Houghton considera que su hipótesis ha sido probada por los datos del Planck, que a su vez han sido utilizados para crear un mapa de la luz del universo desde hace 380.000 años. “Estas anomalías fueron causadas por la fuerza de otros universos y se crearon durante el Big Bang –explica-. Se trata de las primeras evidencias contundentes de la existencia de otros universos que hemos podido ver”.

Como matiza en su blog 'Not Even Wrong' el matemático de la Universidad de Columbia Peter Woit, durante años se había especulado con la posibilidad de que existieran “multiversos”., “pero todos esperábamos que los datos del Planck despejaran cualquier duda al respecto. Pero cuando se dieron a conocer los datos –continúa- sólo un artículo en New Scientist se preguntaba sobre el flujo oscuro (dark flow)y afirmaba que si no existía este flujo, no era preciso buscar explicaciones más exóticas, tales como la existencia de más universos”.

El Flujo Oscuro

El ‘flujo oscuro’ es un elemento de controversia científica porque la distribución de la materia en el universo observado no lo incluye. Su existencia sugiere que hay alguna estructura más allá del universo visible, o lejos de nuestro horizonte, que está tirando de la materia de nuestro vecindario. Así, los científicos están encontrandomovimientos muy extraños en los límites del universo conocido, con una amplia franja de agrupaciones galácticas que parecen ir rumbo a un ‘punto caliente’ cósmico, aunque nadie sabe la razón por la que esto está sucediendo así.

Los cosmólogos miran a las microondas de fondo –el primer flash de luz emitido por el universo, 380.000 años después de su formación - como el último punto de referencia cósmico, la frontera más allá de la cual no podemos ver nada más. Pero en esas microondas primordiales no debería de existir una dirección de preferencia. A pesar de esta “imposibilidad” teórica, un estudio de 2010 logró rastrear el misterioso ‘flujo oscuro’ cósmico, y lo situó en el doble de la distancia que originalmente se había previsto. “No es algo que esperáramos encontrar a corto plazo, pero tampoco podíamos olvidarnos de ello -confirma el científico de la NASA Alexander Kashlinsky, que estuvo al cargo de esta investigación-. Y comprobamos que persiste en distancia mucho mayores, tanto como 2.500 millones de años luz más lejos”.

El ‘flujo oscuro’ describe un posible componente no aleatorio de la peculiar velocidad de las agrupaciones de galaxias. La velocidad medida actualmente es la suma de la velocidad predicha por la Ley de Hubble más un pequeño e inexplicable (u oscuro) flujo de velocidad en una dirección común. De acuerdo con los modelos cosmológicos estandarizados, el movimiento de las agrupaciones de galaxias con respecto a las microondas cósmicas de fondo debería de estar aleatoriamente distribuido en todas las direcciones. Pero no es así.

Un movimiento coherente y extraño

Analizando los datos de tres años de mediciones, los autores del estudio encontraron evidencias de un movimiento “sorprendentemente coherente” de entre 600 y 1.000 kilómetros por segundo de un flujo de agrupaciones a lo largo de una franja de 20 grados del cielo hacia las constelaciones de Centaurus y Vela. Las agrupaciones parecían estarse moviendo a lo largo de una línea que se extendía desde nuestro sistema solar hacia Centaururs/Hydra, pero la dirección de este movimiento es menos cierta. La evidencia indica que las agrupaciones se dirigían más bien hacia el exterior a lo largo de esta franja, alejándose de la Tierra, aunque el equipo no pudo descartar el flujo opuesto.

“Detectamos el movimiento a lo largo de ese eje, pero ahora nuestros datos no pueden afirmar con tanta contundencia como nos gustaría si las agrupaciones iban o venían”, explica Kashlinsky. El movimiento sin explicación afecta a cientos de millones de estrellas desplazándose en dirección a una cierta región del cielo y a una velocidad superior a los ochocientos kilómetros por segundo. No es una velocidad alta en términos cósmicos, pero la existencia de una dirección de preferencia si pone algo en evidencia: la mayoría de los modelos cosmológicos cuentan con objetos moviéndose en todas las direcciones posibles en los límites más extremos del universo. Sin embargo, que exista algo capaz de hacer que los objetos apunten hacia un mismo punto de forma tan masiva era una posibilidad que nunca antes se había imaginado. Siguiendo la estrategia de los astrofísicos, los científicos se están manteniendo en la posición de llamar a cualquier cosa que no entienden “oscuro”, de ahí el raro nombre de ‘flujo oscuro’.
Un agujero negro no puede explicar este movimiento, porque los objetos se aceleran dentro de él, pero los científicos de la NASA han detectado este movimiento constante a lo largo de una vasta extensión de miles de millones de años luz.

Los datos obtenidos abren un amplio abanico de posibilidades científicas. Lo más probable es que nuestro universo experimentara una fase de hiperinflacción en su momento más temprano y que lo que siempre hemos considerado que era el universo infinito, apenas sea una pequeña porción de él.




¿Solución al enigma de la muerte del faraón Tutankamón?










Científicos británicos han ofrecido una nueva versión de la enigmática muerte del faraón egipcio más famoso, Tutankamón. Según indican, el faraón de 19 años de edad murió en un accidente de tráfico y su momificación fue fallida.

La enigmática muerte del rey niño en el año 1323 a. C. ha estado rodeada por especulaciones durante siglos. El misterio se intensificó cuando el arqueólogo Lord Carnarvon murió en El Cairo poco después de que descubriera, junto a Howard Carter, la tumba de Tutankamón en 1922. Ahora los expertos británicos creen haber resuelto el secreto de la muerte del faraón.

Los científicos británicos han llegado a la conclusión de que Tutankamón murió por las heridas sufridas al ser golpeado por un carro de combate y que el cuerpo del joven faraón se quemó por una reacción química tras ser embalsamado.

Mediante la creación de una versión computarizada tridimensional detallada de la momia de Tutankamón, los científicos determinaron que el faraón había sido aplastado por una rueda de un carro de guerra. Los resultados de su investigación sugieren que un carro se estrelló contra el faraón mientras estaba de rodillas, rompiéndole las costillas y la pelvis y aplastando su corazón.

Además Robert Connolly, antropólogo de la Universidad de Liverpool, utilizó un microscopio electrónico de barrido y determinó que la carne del faraón había sido quemada. Los análisis químicos posteriores confirmaron que el cuerpo de Tutankamón fue incendiado mientras se encontraba ya dentro de su ataúd. Los investigadores descubrieron que los aceites de embalsamamiento combinados con el oxígeno y el lino causaron una reacción química que 'cocinó' el cuerpo del rey con temperaturas de más de 200 grados Celsius.

"La carbonización y la posibilidad de que hubiera una momificación fallida que provocara una combustión espontánea del cuerpo poco después del entierro han sido toda una sorpresa, se puede decir que es una revelación", dijo otro científico, Chris Naunton.





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