miércoles, 27 de abril de 2011

La Bestia de Gévaudan




Un nuevo salto espacio temporal nos llevará a la Francia del siglo XVIII. Por esta vez, muy a nuestro pesar, no haremos escala en la esplendorosa y hedonista corte de Luís XV y Madame de Pompadour. En esta ocasión bajaremos un poco más hacia el sur, a la zona del macizo central del país galo, a la pobre y deprimida Gévaudan, en la región de Auvernia. Asistiremos a un episodio realmente extraño y siniestro. Unos hechos que aterrorizaron por un periodo de casi tres años a la población local y que marcaron para siempre sus vidas. De un día para otro aparece un extraño animal. Un ser que parecía haberse materializado de la nada y que su origen era el mismísimo averno. Se dedicó a atacar con una violencia extrema y cruel a las buenas gentes de Gévaudan. Niñas y mujeres fueron en su mayoría las víctimas de lo que muy pronto denominaron como la Bestia. Pero vayamos a ver que es lo que pasó, no perdamos tiempo…

Para situarnos un poco en el contexto social de la época, decir que nos encontramos en 1764. En pleno periodo prerrevolucionario. Socialmente la situación es realmente complicada. Mientras la nobleza mantiene un elevadísimo tren de vida y privilegios, el populacho vive en unas pésimas condiciones de vida y el hambre es una compañera habitual. La semilla del odio hacía las clases poderosas está sembrada y a punto de germinar. La vida diaria era aun más complicada si cabe, en comarcas tan pobres como la Auvernia. La desnutrición y la explotación del campesinado por parte de los terratenientes la hacían realmente difícil. Pero como siempre todo puede empeorar, lógicamente fue a peor y de que manera.

Un buen día, una joven que cuidaba su exiguo y famélico rebaño es atacada por un enorme animal. La chica milagrosamente consigue salvar la vida del ataque y denuncia a las autoridades los hechos y la existencia de ese desconocido ser. Como suele ocurrir, a priori las autoridades hicieron bien poco, más bien nada. Pero el 30 de junio de 1764 llega la primera víctima. Jeane Boullet, una hermosa joven de 14 años. Al cuerpo le faltaba la cabeza y los daños y mutilaciones eran realmente pavorosos. Una verdadera carnicería. Pero este solo era el primer episodio, habría más, muchos más…

Durante ese verano se sumaron cuatro víctimas más, dos niñas de 15 y 12 años respectivamente, un chico de 15 años y una mujer de 32. Todos ellos decapitados y brutalmente mutilados. Con el frío del invierno y la carencia de alimento, la actividad de la Bestia, como ya la denominaban las gentes del lugar, aumentó hasta una media de casi dos muertos por semana. El pánico se expandía como un incendio por la comarca. Los afortunados testigos de los ataques que se pudieron salvar, describían a este ser como un animal de pelo rojizo, con una especie de cresta sobre el lomo, rayado, una larga cola y con unas mandíbulas y dientes de un tamaño terriblemente desproporcionados. Por el tamaño y la profundidad de las huellas se le calculó un peso por encima de los cien kilos, nos podemos hacer una idea a lo que se enfrentaban.



Mientras los ataques y las víctimas se sucedían, las autoridades decidieron dar una jugosa recompensa por la cabeza del animal. Esto atrajo a decenas de cazadores de otras regiones que con tal de conseguir esa suculenta bolsa de dinero estaban dispuestos a cualquier cosa. Esto resultó ser un completo y absoluto desastre. Aparte de casi erradicar los lobos en la zona. Los cazadores, con tal de cobrar la recompensa, dejaban rastros falsos para despistar a sus competidores. Lo que se suele decir, los unos por los otros y la casa sin barrer.

Cuando las cifras mortales casi llegaban a la centena, el caso llegó hasta la capital parisina. Directamente desde la corte de Versalles se dio la orden de que un cuerpo de Dragones, caballería e infantería, se desplazara a la zona para acabar con el animal. Para las pobres gentes de Gévaudan el remedio fue peor que la enfermedad. Si poca comida había para ellos, imaginaos para alimentar no solo a un cuerpo de Dragones, sino ¡¡¡a cuatro!!!! Pues hubo que enviar tres cuerpos más ante la ausencia de resultados. A esto debemos sumar las borracheras, peleas, juergas nocturnas y abusos de todo tipo sobre estos pobres campesinos…  bueno, la verdad que sobre todo fueron las pobres campesinas las que se llevaron la peor parte. En definitiva, que se llegó a tal punto de que preferían que se marcharan los Dragones de vuelta a París y que les dejaran en paz con su bestia.



Como el asunto ya se expandió allende las fronteras francesas. Las naciones enemigas de Francia trataban con sorna lo que estaba sucediendo en Auvernia. Prusianos y británicos coincidían en que si los franceses necesitaban cuatro cuerpos de Dragones para matar a un lobo, ¿que necesitarían para enfrentarse a sus ejércitos? Estas burlas tocaron el amor propio de Luís XV y no dudó en tomar medidas más drásticas.

Mientras tanto los ataques se sucedían. El número de cadáveres aumentaba alarmantemente  por semanas. Se dio total veracidad al testimonio de un capitán de los Dragones. En dicho testimonio se narraba un encuentro cara a cara con la bestia. Según el militar, el animal era de un tamaño prodigioso, casi tan grande como su caballo, un poquito exagerado si que era el muchacho, y que se desplazaba a tal velocidad que le fue imposible seguirlo en el bosque. Algunos de sus hombres le dispararon, pero fueron incapaces de derribarlo.

En la comarca los párrocos comienzan a culpar, como no podía ser de otra manera, a las principales víctimas de la Bestia, las mujeres jóvenes. Según ellos, estas habían provocado la ira de Dios, y este les enviaba un castigo por sus vidas licenciosas y pecaminosas. Vamos, lo de siempre por los siglos de los siglos... Algunos acusaron a varios campesinos culpándolos de ser hombres-lobo. Hubo quien señaló a los gitanos zíngaros. Suponían que se les había escapado alguna de sus bestias circenses. La histeria y el miedo llegaron  hasta estos niveles.



El rey, ante la desesperada situación, decide enviar a su hombre de confianza para solucionar el conflicto, Antoine Beauterne. Este señor, al que coloquialmente podríamos denominar como el “pelota oficial” del rey, henchido por el orgullo y el honor se desplaza a Gévaudan. Alli organiza las búsquedas y abate, al menos fue lo que el dijo, un lobo de grandes proporciones. No duda un solo instante en auto-imputarse el honor de haber terminado él mismo con la Bestia. Había cumplido con total solvencia la misión encomendada  por el monarca. Así que dio por finiquitado el dispositivo de búsqueda de la Bestia. El problema estaba solucionado.

A todo esto, el animal fue disecado y trasladado a la corte de París. Ante el asombro y la admiración de la corte versallesca, Beauterne es homenajeado y condecorado por el rey. Vivía su mejor momento. Había llegado a la cumbre del éxito. Pero poco le duró la alegría al buen señor. A las pocas semanas se reanudan las muertes en Gévaudan y es descubierto su fraude. Triste final para nuestro querido Antoine.



Uno de los sospechosos de los crímenes fue Antoine Chastel, un joven criador de perros que vivía en las profundidades del bosque. La leyenda dice que fue precisamente su padre, Jean Chastel, un experto cazador de la región, el que acabó con la Bestia el 19 de junio de 1767. Se cuenta que derribó al animal de un solo disparo, utilizando para ello una bala de plata proveniente de la fundición de unas medallas de la virgen, ¿no os suena de algo? Lobos, balas de plata…. quizás la explicación de un mito.

Para otras fuentes, bastante más fiables y reconocidas, el animal fue abatido cerca de la abadía de Chazel por un cazador profesional llamado Jean Charles Marc Antoine Vaumesle d'Enneval, en el nombre sus padres no se quedaron cortos, junto a su hijo Jean Francois, cazadores de lobos profesionales. Estos habían sido contratados personalmente por el rey, y por una considerable cantidad de dinero. Había que zanjar el asunto fuera cual fuese el coste. Como así sucedió.



Una vez abatido, la morfología del animal impresionaba a los presentes. Sobrepasaba los ochenta centímetros de altura, medía más de un metro y setenta centímetros de longitud y pesaba unos sesenta kilos. Imaginaos el tamaño del encantador animalillo. En la autopsia realizada a su cadáver, se apreciaban en el cuerpo las numerosas cicatrices de las heridas que recibió tanto por arma blanca como por disparos. Del estómago fueron extraídos restos de un animal, unos huesos de cordero y la cabeza y el fémur de un niño. El certero disparo que acabó con su vida había traspasado la nuca llevándose cuatro vértebras en el recorrido.

 El rey pidió que los restos de la Bestia fuesen enviados a París. Estaba deseoso de ver ese maléfico ser que incluso le había distraído de sus fiestas y eventos. Pero una mala disección, unida al calurosísimo verano de aquel año, hizo que el cadáver llegara a la corte en un avanzado estado de descomposición. El cuerpo desprendía tal edor que era casi imposible acercarse a él. La casa real solo pudo donar su esqueleto al Museo de Ciencias Naturales de París. Allí se mantuvo hasta la revolución de 1830, en la que un incendio destruyó tanto el esqueleto, como infinidad de grabados que mostraban la naturaleza de la Bestia.

A día de hoy, la pregunta continúa en el aire. ¿Cual era la naturaleza de la Bestia de Gévaudan?, ¿a que clase de ser se enfrentaban? ¿Qué o quienes fueron los responsables de todas esas muertes? Las respuestas son muchas. Algunas realmente descabelladas, como son las versiones demoníacas o la de los hombres-lobo. Otras tan poco creíbles como que se trataba de un cruce entre león o pantera y lobo. 



Pero si nos vamos a las más verosímiles, el catálogo también es de lo más variado. La primera opción es que simplemente tratase de un lobo de gran tamaño, de lobos alpinos quizás. Como argumento en contra a esta alternativa es que la naturaleza del lobo hace que huya de los humanos y que generalmente sus ataques sean en manada. Por lo que entraría en el terreno de lo poco probable.
Otra opción viable, aunque un poro rocambolesca, es que fuera un animal exótico como un tigre, que hubiera llegado hasta allá por cualquiera sabe que avatar del destino.
Tal vez la explicación más plausible según los especialistas es que se tratara de un perro salvaje o de un híbrido entre un lobo y perro de gran tamaño. Eso explicaría que no sintiera miedo por los seres humanos y que por la heterosis genética el animal fuera de un tamaño bastante superior al de sus progenitores.
La criptozoología  nos da otra explicación, que se tratara de un arenotelicon, una especie de mezcla entre hiena y lobo, de la que se capturó un ejemplar en Sajonia en 1530. Pero son solo eso, suposiciones, nada en claro. El misterio suponemos que continuará por mucho tiempo

Haciendo un macabro recuento, que se que os gusta…., la Bestia de Gévaudan realizó oficialmente 198 ataques, dejando como rastro 36 heridos y 99 muertos. Otros elevan la cifra de víctimas hasta las 123 en 306 ataques. Pero estudios posteriores reducen la cantidad hasta setenta personas, la mayoría a niñas y mujeres jóvenes. Está cifra es sensiblemente inferior a la histórica porque no se han incluido un buen número de cuerpos que se encontraron con claros signos de abusos sexuales. Que lógicamente salvo que nos encontráramos ante un lobo violador, que sería demasiado raro ¿no os parece?, tiene el asunto más pinta de encubrir violaciones y abusos para posteriormente cargarle el muerto a nuestra amiga la Bestia.




El Octavo Pasajero.





domingo, 17 de abril de 2011

Proyecto MK ULTRA. Asesinos programados



En una de mis habituales noches de insomnio, viendo la película “The Killing room”, se encendió la  bombillita en mi cabeza. Era un tema ideal para una nueva entrada en el Octavo Pasajero. La película trataba de experimentos sobre control mental y de comportamiento en individuos. Los experimentos eran realizados por científicos a cargo del gobierno estadounidense y…. Bueno, vale, no os desvelaré más sobre la trama por si no la habéis visto…. 

Muchos de vosotros pensaréis que es solo eso, una ficción, una historia inventada para el celuloide. Nuestra mentalidad nos impide asimilar que un gobierno democrático hiciera eso a sus ciudadanos. ¡¡Es algo totalmente inaceptable!!. El típico "¿eso como va a ser posible?", eso es lo primero que se nos vendría a la mente. Pues aquellos que pensáis eso, estáis absolutamente equivocados. Esos siniestros experimentos se realizaron durante décadas. Un buen número de ellos están bastante documentados. Y de aquellos de los que se destruyó toda la documentación, no nos podemos ni siquiera imaginar a que nivel pudieron llegar. Pero no entraremos en terrenos meramente especulativos. Nos centraremos en los programas documentados y  la gran mayoría de ellos, al menos los más crueles y dañinos, estuvieron englobados en lo que se llamó Proyecto MK ULTRA.

El control sobre la mente de una persona o sobre la conciencia de las masas,  ha sido desde hace décadas el dulce objeto del deseo de los gobernantes de algunos países, especialmente de las superpotencias mundiales. En la “Guerra Fría”, tanto EEUU como la extinta URSS, no escatimaron ni  en medios humanos, ni en dotaciones económicas para intentar llegar a estos oscuros fines. Los proyectos se sucedieron uno tras otro. En un primer momento, en algunos se buscaba el soldado perfecto. Una mezcla perfecta de resistencia, agresividad, cumplimiento incuestionable de las órdenes y por supuesto la anulación total del miedo. En otros se buscaban los compuestos químicos más eficaces para optimizar los interrogatorios a enemigos y “supuestos” enemigos. Pero algunos de estos programas llegaron un paso más allá, varios pasos más diría yo. En los más oscuros y recónditos pasillos del poder se fraguaron programas secretos realmente amplios y complejos. Estos estaban totalmente al margen de la ley, contaban con total inmunidad e impunidad ante la justicia. Sus millonarios presupuestos eran aportados desde las más altas instancias gubernamentales. Para la realización de estos programas, supuestamente científicos, se utilizaron a ciudadanos de a pie. Gente inocente que fue sometida a verdaderas torturas. Sus vidas no importaban, eran simplemente daños colaterales, cobayas humanas. El objetivo era lo prioritario, el resto era sacrificable. Agencias gubernamentales, equipos multidisciplinares de científicos y por supuesto las Fuerzas Armadas colaboraron en perfecta sincronía para intentar encontrar su “Santo Grial”, el control mental. El más terrible y longevo de esos proyectos fue el MK ULTRA.

Nos vamos a 1947, bajo la presidencia del inefable Harry Truman, el presidente que dio la orden de utilizar las bombas atómicas contra Japón, da comienzo el Proyecto CHATTER. La Armada de los EEUU fue la encargada de desarrollar este programa de investigación. El proyecto CHATTER estaba enfocado a la identificación de compuestos químicos para su posterior suministro a prisioneros en interrogatorios y captación de agentes externos. Este programa incluía experimentación con animales y humanos. Para estos siniestros fines se utilizaron barbitúricos, anfetaminas y heroína. Las drogas eran suministradas por una entidad denominada Bureau of Narcotics y como no, por esas fieles colaboradoras para estos asuntos como eran algunas compañías farmacéuticas. El programa finalizó poco después del término de la Guerra de Corea en 1953.

En 1950 la cúpula de la CIA aprobó el Proyecto BLUEBIRD, previamente denominado Operación ARTICHOKE. El primer programa de la agencia que buscaba ya de forma clara y como objetivo prioritario, el control mental de un individuo. El lavado de cerebro y la inserción de ideas era la base de este programa. Amnesias inducidas, creación de múltiples personalidades, incluso anulación del instinto de supervivencia eran las metas propuestas Para estos experimentos se utilizaron prisioneros de guerra, sospechosos de espionaje y jóvenes estudiantes, tanto norteamericanos como extranjeros. A algunos individuos se les realizó regresiones hipnóticas y posteriores amnesias inducidas, debían de olvidar la experiencia. Parece que estaban bastante entretenidos en esa época en la CIA.


Documento desclasificado Proyecto ARTICHOKE

A finales de 1950 comienza la serie de programas MK, las iniciales fonéticas de Mind Control (Control mental). Estos programas desembocaron en 1953 en ese oscuro y tenebroso entramado que fue el MK ULTRA.

El encargado de dirigir el MK ULTRA fue Sydney Gottlieb, uno de los personajes más siniestros de la historia de EEUU. Químico experto en inventar sustancias y compuestos para provocar el terror y la desorientación en un prisionero. A estas drogas le gustaba añadir el aislamiento continuo en lugares reducidos y en oscuridad total. También era de su agrado la utilización de electroshock para minar la resistencia del desdichado que caía en sus manos. A él se deben todos estos sistemas de torturas. Algunos le conocían como el "Brujo negro" o el "Sucio Embustero". Pero como por lo visto, no tenía bastante con los prisioneros o cualquier vagabundo al que pillaran por la calle. El señor Gottlieb utilizaba como “conejillos de indias” incluso a sus propios compañeros de experimentos. Evidentemente sin su permiso y sin su conocimiento. En definitiva, un tipo encantador y magnífico compañero por lo que os estaréis dando cuenta. 


De izquierda a derecha, Allen Dulles, Director de la CIA, General Edward Lansdale, Dr. Sidney Gottlieb y el Presidente Eisenhower.

Los experimentos con LSD, ácido lisérgico, eran los protagonistas principales del proyecto. Pero aparte experimentaron con infinidad de drogas y compuestos químicos. Estos se combinaron con radiaciones, ultrasonidos, electroshock y “terapias” psicológicas. En algunos casos las drogas eran probadas por los propios científicos en sí mismos. Pero lo habitual era probarlas en pacientes de hospitales, presos adictos a las drogas, prostitutas, vagabundos o ciudadanos de a pie, gente normal con sus trabajos y sus familias. Pero esto no era ni más ni menos que la punta del iceberg. Más de ciento cincuenta programas diferentes de investigación se realizaron bajo la etiqueta MK ULTRA.


Dr. Sidney Gottlieb

A partir de 1964, aunque algunos programas de menor rango continuaron bajo la etiqueta MKULTRA, este pasó a denominarse MK SEARCH. La mayoría de los  experimentos de este programa se realizaron en prisioneros, pacientes terminales y deficientes mentales. Se realizaron implantes cerebrales para intentar el control remoto de personas o animales. Para otros experimentos se probaron drogas que pudieran activar zonas cerebrales en busca de poderes telepáticos. Si, telepatía, así tal como suena. Pero el objetivo prioritario del programa era lo que ellos denominaban en clave como “El candidato de Manchuria”. Una persona que con una simple instrucción pudiera ser utilizada para cometer un asesinato y después hacerle olvidar lo sucedido. Es decir un asesino “programado”. En el fondo no pretendían tener un solo individuo. Querían tener todo un ejército de individuos dispuestos a matar con solo recibir una pequeña orden. Realmente retorcido, propio de Gottlieb. 

Para tal fin, y dentro del MK SEARCH, uno de los programas más terribles fue el Proyecto MONARCH. En estos experimentos se utilizaron niños menores de cinco o seis años. El grado de implantación de ideas y comportamientos por hipnosis era menor que el producido mediante traumas psicológicos. Que mejor entonces que aprovechar los primeros estadios de la formación de la personalidad de un ser humano para sus oscuros fines. Sin el más mínimo remordimiento por los daños irreparables que se les causaría a esos pobres críos, se procedió a realizar los experimentos. A través de los traumas y su estructuración psicológica en la incipiente psique de un niño pequeño, intentaron crear un ser humano con varias personalidades, de tal forma que una no supiera de la existencia de la otra. En definitiva, la creación de desórdenes múltiples de personalidad y su posterior aprovechamiento. Realmente pavoroso. Que la mano izquierda no sepa lo que hace la derecha.


Niña del  Proyecto MONARCH.

Dentro de los diferentes proyectos MK, un aspecto realmente importante fue la investigación paranormal. Fenómenos como la percepción extrasensoria, telequinesia, telepatía etc. fueron estudiados en mayor o menor profundidad. Un ejemplo, aunque no pertienecía a los MK,  uno de los pocos experimentos de este tipo que se hicieron públicos, fue el que realizó el  famoso astronauta Edgar Mitchell de la misión Apolo en 1971. El experimento consistía en intentar transmitir una serie de mensajes telepáticos, las cartas Zener, entre Mitchell y unos psíquicos en  la Tierra que actuaban como receptores

Ya en el terreno de la especulación, y como guiño a los amigos conspiranóicos, decir que se ha querido relacionar el proyecto MK ULTRA con el fenómeno de las abducciones extraterrestres. Los implantes cerebrales, los vagos recuerdos, la desorientación y el resto de sintomatología que relataban los protagonistas de estas experiencias, hacían indicar a un sector de investigadores que la CIA había estado utilizando de manera muy hábil el fenómeno OVNI para camuflar esta experimentación. Supongo que habrá de todo un poco y a todos los casos no se les puede dar la misma explicación.

Un caso realmente interesante y que con el tiempo y las investigaciones se ha relacionado definitivamente con el proyecto MK ULTRA, fue el de Pont-Saint-Esprit  en 1951. Un apacible pueblecito francés en el que una extraña ola de locura afectó a más de quinientos de sus lugareños. Esto provocó directamente la muerte de al menos cinco de ellos y dos suicidios posteriores. Durante los más de 50 años transcurridos desde entonces, el incidente fue atribuido a un envenenamiento debido al cornezuelo (hongo parásito del centeno). O sea, por ingestión de un pan contaminado por el hongo alucinógeno, o en todo caso a un envenenamiento con mercurio. Los afectados se retorcían frenéticamente en sus camas, como poseídos por un espíritu maligno. Algunos gritaban que extraños seres les brotaban del cuerpo. Se describieron escenas de personas que se arrojaban por las ventanas. Hombres y mujeres que se arrancaban las ropas y corrían desnudos por las calles gritando presas del pánico que le producían sus visiones. Personas que afirmaban tener el estómago lleno de serpientes. En definitiva, una locura, una escena dantesca realmente difícil de explicar y de imaginar. Con el paso de los años, algunos investigadores llegaron a reunir las suficientes pruebas documentales y testimoniales necesarias como para relacionar este hecho con la División de Operaciones Especiales de Fort Detrick, el Proyecto MK ULTRA y la farmacéutica Sandoz. La intoxicación no se produjo por una contaminación del pan por cornezuelo, sino por el suministro intencionado de LSD o compuestos del tipo dietilamida, por supuesto proporcionados por la farmacéutica.


Pont-Saint-Esprit


Anciano sufriendo alucinaciones en Pont-Saint-Esprit. (Francia)

 Ni que decir tiene que a lo largo de los muchos años de estos terribles experimentos murió mucha gente. Otros, no se si realmente los más afortunados, tuvieron problemas psicóticos el resto de sus vidas. Se arruinó para siempre la vida de muchos seres humanos inocentes. Algunos de ellos incluso se habían prestado voluntarios, exaltados por un equivocado sentido del patriotismo y a los que se les pagó sus servicios suministrándoles enormes dosis de drogas que en un breve periodo de tiempo destrozaron sus cerebros.


Documentos desclasificados Proyecto MK ULTRA

Supuestamente  el Proyecto MK ULTRA fue cancelado por la Comisión Rockefeller en 1975 bajo el mandato de Gerald Ford. Esta comisión puso al descubierto las actividades ilegales realizadas por la CIA. Añadir que el gobierno estadounidense tuvo que asumir su responsabilidad en la muerte del químico Frank Olson. Científico perteneciente a la División de Operaciones Especiales, y que estaba involucrado en la creación de armas biológicas y drogas de control mental. Por alguna razón, Olson,  dejó de interesar o se convirtió en alguien bastante incómodo para la agencia. Así que se le empezó a suministrar LSD sin su consentimiento. Esto dio como resultado una psicosis tal, que terminó con Olson volando desde la planta 11 del Hotel Pennsylvania en Nueva York hasta el suelo, falleciendo lógicamente por el terrible impacto. La familia aceptó un acuerdo de indemnización con el gobierno por un montante de setecientos cincuenta mil dólares. No hubo juicio, se echó arena sobre el asunto. 

Frank Olson

De esta forma se cerró, al menos en las apariencias, una lamentable etapa de los servicios secretos estadounidenses. La pregunta del millón es si hoy en día continua el MK ULTRA o alguno de sus sucesores. ¿Y si quizás solo fue un cambio de denominación y un aumento en el  secretismo lo que realmente se consiguió con la Comisión Rockefeller?. Sinceramente, creo que nada es descartable.

El Octavo Pasajero.

martes, 12 de abril de 2011

Vlad Draculea. El Empalador.




Esa frase tan acertada que nos dice que la realidad supera a la ficción, en pocas ocasiones se hace tan brutalmente patente como en este caso que os traemos al Octavo Pasajero. Todo el mundo conoce al famosísimo y sempiterno Conde Drácula. Icono del vampirismo, de la novela gótica y abundantemente representado en el cine con más o menos acierto. Pero la romántica historia de un conde vampiro de los Cárpatos con la que nos deleitó Bram Stoker dista muchísimo de la del personaje real en la que se basó el escritor británico. Entre sus “encantadoras” aficiones no se encontraba la de alimentarse de sangre proveniente de la yugular de sus víctimas. Para ellas tenía reservado por regla general algo mucho peor, un castigo realmente atroz, el empalamiento. Mediante esta técnica ejecutó a miles y miles de personas a lo largo de su reinado de terror.

El empalamiento era una forma de tortura ideada para provocar una muerte muy lenta y extremadamente dolorosa. La víctima era atravesada por una larga estaca por el recto, costado, vagina o por la boca. Posteriormente la estaca se clavaba en el suelo y los desdichados que la sufrían podían incluso tardar unos tres días en morir. Normalmente la estaca era embadurnada con aceite para que la introducción fuera más fácil. Pero como al amigo Vlad disfrutaba con aquello del sufrimiento ajeno, parece ser que en aceite se gastaba más bien poco. Solo con esto nos podemos imaginar a que clase de personaje nos enfrentamos. Que por cierto, está considerado como un héroe nacional en Rumania, país donde no se pudo publicar la novela de Stoker hasta la muerte del dictador Ceaucescu.
Vlad nace en la ciudad de Sighisoara en 1428. Hijo de otro tipo realmente entrañable, Vlad Dracul, Caballero de la Orden del Dragón, nieto de Mircea el grande y soberano de Valaquia. El padre de nuestro amigo se gana por méritos propios el sobrenombre de Dracul, el Diablo. Su crueldad y afición por la tortura y las ejecuciones fueron trasmitidas a su descendencia, sobre todo al pequeño Vlad.

A nuestro personaje, en referencia a su padre, se le conoció Vlad “Draculea”, el hijo del Diablo o el Dragón, cualquiera es válida, ambas palabras representaban simbólicamente lo mismo en ese contexto histórico. En el 1444, a la edad de trece años, Vlad y su hermano menor Radu son enviados por su padres como rehenes al Sultán Murat al castillo de Egrigoz en Asia Menor. Allí pasaría los siguientes cuatro años de su vida. Radu , suponemos que víctima del síndrome de Estocolmo, optó por permanecer en la capital otomana, más tarde sería apoyado por el sultán para ser candidato al trono de Valaquia con el fin de derrocar a su hermano.

El padre de los chicos, Vlad Dracul, es ejecutado por el Voivoda de Transilvania, Iancu de Hunedoara. De esta forma comienzan una serie de movimientos y alianzas diplomáticas, más o menos contra natura, para optar al trono valaco. El joven Vlad Dracul se ve obligado a ponerse del lado turco, con los enemigos de Iancu para poder acceder al trono de Valaquia. Su ascenso al trono se produjo en septiembre de 1448. Aunque en principio solo fue por unas semanas.Vladislav II, pretensor al trono apoyado por los húngaros y la población de origen germano, consigue arrebatar el trono a Vlad.


 Iauncu de Huneodara

Tras unas desavenencias con Iancu en 1455, Vladislav irrumpe en Transilvania arrasando todo a su paso. Ante esto, la realeza de la región dota a Vlad Draculea de un ejército con el que conseguirá derrotar y apresar a Vladislav. Este es decapitado en la ciudad de Tirgusor. El 3 de julio, Vlad se alzó con el trono de Valaquia, comenzando, ahora si, su reinado de terror y la leyenda negra que le acompañará hasta nuestros días. Durante este periodo son constantes las intrigas palaciegas y ejecuciones en masa. Se suceden un sin fin de historias realmente macabras propias de un monstruo y que nos muestran el peligro de la mezcla de un psicópata con el poder de un gobernante absoluto. Procedamos pues a adentrarnos en las más “divertidas” y entrañables.

Especialmente destacable es su enfrentamiento con los Boyardos, la nobleza rural local. A uno de ellos y quizás su más peligroso rival, Dan Voeivod, le obligó a cavar su propia tumba y asistir a sus propios funerales antes de ser decapitado en 1460. Realmente enternecedora la atención prestada por nuestro amigo Vlad a su adversario.

En otra ocasión, en la víspera de Pascua, Tepes convocó una asamblea de Boyardos. En el momento álgido de la celebración, el Voivoda planteó a los comensales unas preguntas. La primera era que cuantos antepasados Boyardos recordaban. Cada uno empezó a recitar los suyos dentro de un clima totalmente festivo y bien regado de vino. La segunda, la que arruinó la fiesta, fue la que si no les parecía que eran demasiados príncipes. Los quinientos boyardos fueron empalados.

 Boyardos

La población de Krondstadt envió una comitiva de emisarios para pactar la paz. Los cincuenta y cinco emisarios fuero magníficamente recibidos y agasajados. Al día siguiente aparecieron todos empalados frente al palacio. Añadir que acto seguido, para culminar tan agradable negociación, Tepes cargó sobre Krondstadt. Arrasó con todo a su paso, empaló a hombres, mujeres y niños. Una vez finalizadas estas desagradables tareas, se deleitó con un magnífico desayuno entre el bosque de empalados.

La crueldad de Vlad parecía no tener fin. Los mendigos fueron el siguiente blanco de sus iras. El consideraba que un país como el suyo no podía tener ese nivel de mendicidad. Así que ni corto ni perezoso reunió a todos los que pudo y les ofreció un gran festín. En plena celebración les preguntó que si querían que les librase de su triste vida. Entre vítores y aplausos los pobres mendigos contestaron evidentemente de manera afirmativa. Dicho y hecho, ordenó a sus soldados que le prendieran fuego a la sala con los pobres pedigüeños en su interior. Ahora que lo pienso, la verdad que era mal asunto que Tepes te invitara a una fiesta. Una forma  un poco brutal de cumplir su palabra pero…

Castillo de Bram

Con los gitanos fue casi más de lo mismo, les ofreció dos opciones. Una, era comerse a los cabecillas de los clanes que estaban condenados a muerte asados vivos, la otra era luchar en primera línea contra los turcos. Ni que decir tiene que opción eligieron a toda velocidad.Al final eligieron banquete.

A unos enviados turcos que habían llegado a la corte, les preguntó por qué eran tan irrespetuosos y no se quitaban el turbante ante su presencia. Los mensajeros respondieron que no acostumbraban a hacerlo ante nadie. Vlad los devolvió a Estambul con los turbantes clavados a los cráneos, reforzando así sus costumbres.



Tepes no era un hombre religioso, pero su moral respecto a las mujeres era de un puritanismo extremo. Toda mujer que mantuviera relaciones carnales fuera del matrimonio era condenada a muerte, así como las viudas que caían en los placeres de la carne y las doncellas que perdían la virginidad previamente a la unión matrimonial. Como es de suponer la pena era, como no, el empalamiento.

 El bosque de empalados

El horrendo bosque de empalados que creó durante su reinado creció hasta la terrorífica cifra de veinte mil personas. Si a esto añadimos los empalamientos realizados en las campañas militares y escarmientos varios, nos vamos por encima de las cien mil personas, aproximadamente un veinticinco por ciento de la población valaca. Una verdadera monstruosidad siendo la demografía de la época la que era, más bien escasa. Entre sus víctimas no había diferenciación entre sexo, edad o rango social, cualquiera era a priori un buen candidato para ser ejecutado.



En su disputa con los turcos se enfrentó al Sultán Muhammad II, el conquistador de Constantinopla. Durante tres años se negó a pagarle los tributos y el sultán no tuvo más remedio que enviar un contingente de temibles soldados jenízaros para solucionar el problema. Vlad fingió que entregaría parte de la deuda pero llegó acompañado de todo un ejército que derrotó a los turcos y apresaron al “negociador” y al general otomano. Os podéis imaginar cual fue el fin de ambos.

Tras derrotar a los turcos, Vlad, inflamado de valor, cruzó el Danubio y allí hizo de las suyas. En una carta al soberano húngaro le comentaba que había acabado con la vida de más de veinticuatro mil de sus enemigos. Estaba muy seguro de tal hazaña pues había hecho amontonar sus cabezas y contarlas.

 Sultán Muhammad II

Muhammad II ante tamaña ofensa montó en cólera y envió a la zona a unos doscientos cincuenta mil hombres. Tepes solo contaba con unos diez mil por lo que el enfrentamiento a campo abierto era imposible. La guerra de guerrillas estaba servida. el Mientras esto sucedía, otra guerra se fraguaba en los palacios, una mucho más sutil. Muhammad, utilizando mil y un ardides diplomáticos que incluían la falsificación documental, consigue que el rey de Hungría ordene el arresto de Vlad Draculea. Randu, el hermano de Vlad, fue elevado al trono de Valaquia patrocinado por el sultanato. Tepes permanecería arrestado durante unos doce años. El trato que se le daba era especial y acorde a su rango. En esos amargos momentos para Vlad como no tenía nadie a quien empalar, los pajarillos e insectos que cometían el error de adentrarse en sus dependencias terminaban empalados. Lo de este hombre era realmente afición.

Llegado el momento el rey de Hungría decidió enviar a Tepes en un contingente de tropas para ayudar al príncipe transilvano Esteban Báthory, que seguro que os suena el apellido. Si no, no os preocupéis, pronto os contaremos la historia en el Octavo Pasajero  del miembro más famoso de esta familia de psicópatas. A todo esto, Vlad recuperó su trono el 11 de noviembre de 1476. Pero la alegría le duró bien poco. A las pocas semanas los turcos sorprendieron en una escaramuza a Vlad. Este solo contaba con doscientos hombres. Estos lucharon con fiereza pero no pudieron evitar que su líder cayera muerto bajo las espadas turcas. La cabeza de Tepes fue enviada a Estambul para ser exhibida públicamente. Incluso así, con la cabeza separada de su cuerpo. Vlad Draculea, el empalador, inspiraba pavor a quien osaba mirarle a sus ojos.


El lugar oficial del entierro de Vlad Tepes es el monasterio de Snagov, en el lago del mismo nombre, cerca de Bucarest. Según el historiador rumano Nicolae Serbanescu, poco tiempo antes de que Stoker publicara su novela sobre el conde vampiro, la tumba de Vlad fue profanada en l875 y sus huesos fueron enterrados en otro sitio que todavía no fue descubierto. Los historiadores Nicolae Iorga y Dinu Rosetti, que realizaron excavaciones en la tumba de Vlad en l933, encontraron sólo huesos de caballo y un anillo con las armas de Valaquia, que se supone perteneció al Voivoda.



martes, 5 de abril de 2011

Ernest Shackleton. La gran aventura antártica.

“Se buscan hombres para viaje peligroso. Salario bajo, frío extremo, largos meses en la más completa oscuridad, peligro constante, y escasas posibilidades de regresar con vida. Honores y reconocimiento en caso de éxito.

Ernest Shackleton”



Aunque sea algo incomprensible, tras la publicación de este descorazonador anuncio en el prestigioso periódico The Times, en 1914, Sir Ernest Shackleton consiguió reunir una tripulación de plenas garantías para emprender una de las más apasionantes y por otro lado desconocidas aventuras que han realizado los seres humanos. Tal era el prestigio de Shackleton que más de cinco mil personas constestaron afirmativamente a ese anuncio. En la edad dorada de los grandes aventureros como Robert Falcon Scott, Roald Amundsen o Percy Fawcett. Ernest Shackleton ocuparía un lugar de privilegio entre ellos aunque su nombre quizás sea el menos conocido.



Ernest Shackleton nace el 15 de febrero de 1874, en Kilkee, Irlanda, en el seno de una humilde familia. A los diecisiete años decide que es hora de hacer realidad los viajes y aventuras que inundan sus sueños y se enrola en la tripulación de un barco mercante. Durante estos viajes de miles y miles de millas marinas, su carácter se fue curtiendo y madurando. Poco a poco fue ascendiendo en graduación y con veinticuatro años ya era capitán. En 1901 se unió a la expedición Discovery, encabezada por conocidísimo Robert Falcon Scott. Iban en busca del Polo Sur. En este viaje se llegó por primera vez al Mar de Ross en la Antártida. Una vez que la expedición llegó a tierra, Scott, Wilson y Shackleton empezaron a adentrarse en el continente en pos del Polo Sur. Utilizaron perros y trineos, pero la dureza de la travesía y la inexperiencia en los hielos antárticos dio al traste con el intento. Se quedaron a unos ochocientos cincuenta kilómetros del ansiado objetivo. En el regreso al barco, Shackleton enfermó de escorbuto y Scott le ordenó que volviera a Londres de inmediato. A regañadientes obedeció la orden de su superior.

Tras haber contraído matrimonio en el 1904, y pasados unos tres años, Shackleton decidió que quería liderar su propia expedición. Está fue conocida como la expedición Nimrod, como el nombre del buque que les llevaría a los hielos antárticos. El objetivo nuevamente era llegar al Polo Sur. Esta vez se quedaron a tan solo ciento ochenta kilómetros, pero Shackleton, Adams, Marshall y Wild se convirtieron en los primeros seres humanos de la historia en atravesar la Cordillera Transantártica y poner los pies en la Meseta Polar Sur. A su regreso fueron recibidos como verdaderos héroes para los británicos. Shackleton, para orgullo de su familia y suyo propio, fue nombrado Sir por el rey Eduardo VII.

El afán aventurero de Ernest Shackleton no estaba saciado ni mucho menos. Tenía que volver, se lo pedía el corazón. Era algo que no podía remediar. El era un aventurero, un hombre de mar, y el quedarse quieto en Londres era para él un verdadero martirio. En este momento es donde comienza su verdadera aventura. Llega la expedición Endurance (Resistencia), nombre que le vino como anillo al dedo. Sobre todo viendo los hechos que acaecieron más tarde en el lugar más frío e inhóspito de nuestra querida Tierra.

El 1 de agosto de 1914 y con una expectación sin precedentes, parte desde el puerto de Plymouth el buque HMS Endurance. La misión tendrá como objetivo atravesar la Antártida de punta a punta y continuar hasta la Isla de Ross, en el otro extremo del continente helado. En total unos dos mil novecientos kilómetros de los cuales más de la mitad nunca habían sido explorados.

Tras el largísimo viaje, los problemas comienzan cuando una vez navegando por aguas antárticas, el Endurance poco a poco va quedándose atrapado en el hielo, con unas temperaturas en el exterior realmente extremas. La tripulación hizo todo lo posible para liberar el barco, pero los enormes esfuerzos fueron en vano. El Endurance quedó definitivamente atrapado en los hielos. La presión que ejercían estos sobre el casco del buque hizo que este se quebrara y se hundiera irremisiblemente. Pudieron salvar los víveres y tres botes salvavidas. Los veintiocho miembros de la tripulación se enfrentaban a una situación realmente desesperada. Tras varios intentos con la intención de llegar a la Isla de Snow Hill, tuvieron que desistir y montar un campamento donde pasarían los siguientes meses. Los perros fueron sacrificados porque su consumo de carne de foca era excesivo. Evidentemente estos fueron incluidos en la dieta de los náufragos. Como curiosidad decir que hubo que sacrificar hasta la mascota del barco, el gatito Chippy, pobrecillo.




El 8 de abril, tras cinco meses de naufragio, el bloque de hielo donde se asentaba el campamento se fracturó. Se encontraban a la deriva. Otra fractura del bloque sería fatal para ellos. Así que Shackleton decidió utilizar los botes. Con temperaturas de -30º se hicieron a la mar en dirección a  Isla Elefante. Un enclave ballenero donde esperaban tener refugio y tener la posibilidad de pedir ayuda. El viaje duraría siete días de auténtica pesadilla. Las embarcaciones navegaban penosamente entre los bloques de hielo, el frío era realmente terrible. Los hombres estaban al borde de la extenuación física y sobre todo mental.



Isla Elefante, como era de esperar, estaba totalmente desierta. Si permanecían allí morirían de hambre y de enfermedad con el paso del tiempo. Así que Shackleton decidió que la única opción de salvar la vida era ir a buscar ayuda. Ordenó al carpintero de la tripulación que hiciera ciertas modificaciones en uno de los botes. Con una pequeña tripulación y una embarcación de menos de siete metros se lanzó a una de las travesías más duras y verdaderamente suicidas de la historia. Era una locura. El trayecto consistía en cruzar más de mil trescientos kilómetros hasta Georgia del Sur a través de las aguas más salvajes y peligrosas del planeta.

La travesía comenzó el 24 de abril de 1916. Los cinco hombres que conformaban la tripulación se enfrentaron a olas verdaderamente gigantescas. El mismo Shackleton las describió como las mayores que había visto en casi treinta años de navegación. El 5 de mayo, un temporal estuvo a punto de destruir la embarcación y con ella a toda su maltrecha tripulación. El 8 de mayo, y tras quince días de navegación, que se dice pronto, empiezan a divisar las costas de Georgia del Sur. Dos días más tarde y tras una épica lucha contra vientos verdaderamente huracanados, Shackleton y sus hombres ponen el pié en la bahía Rey Hakoon. 




Su ya de por si increíble hazaña no podía terminar allí. Tenía que rescatar a sus hombres en Isla Elefante. Ellos estaban en el sur de la isla y la estación ballenera estaba al norte de Georgia. Solo había para elegir entre dos opciones, y a cual más desalentadora. Una era rodear la isla navegando y la otra, atravesarla cruzando montañas inexploradas hasta el momento. En el estado que se encontraban sus hombres y la mar, la primera de ellas era imposible. Así que irremediablemente Shackleton optó por la segunda. Acompañado por dos de los compañeros que se encontraban en mejores condiciones físicas, se propusieron cruzar la cordillera helada que atravesaba Georgia. La ruta elegida fue realmente peligrosa. Pero aún así, casi a los dos días de pasar penurias en las montañas consiguieron llegar al poblado ballenero de Stromness. Todo ello, tras descender de forma casi suicida una cascada helada que les puso de nuevo los pies en la civilización. Para los amantes del misterio y de lo insólito decir que Shackleton, que no era religioso en absoluto, comentó que durante los casi dos interminables días que duró su travesía noto una presencia que les acompañaba. Así lo comentaba el mismo: “No tengo duda que la providencia nos ha guiado. Yo sé que durante aquella larga y terrible marcha de treinta y seis horas sobre las montañas sin nombre y glaciares, a menudo me parecía que éramos cuatro y no tres”  Sus compañeros Worsley y Crean afirmaron lo mismo sobre esa extraña presencia que les acompañó.

La mente de Shackleton estaba centrada en sus hombres. Tenían que rescatarlos con vida como fuese, era algo que le obsesionaba. Así que inmediatamente se puso manos a la obra. Y los primeros en ser rescatados fueron los tres compañeros que quedaron en el campamento de la zona sur. Estos fueron rescatados por un ballenero que rodeó la isla.

Hicieron falta cuatro intentos para poder llegar a Isla Elefante. El 22 de mayo, Shackleton consiguió reunir una tripulación de marineros voluntarios. Fueron al rescate de sus hombres, pero cuando se encontraban a algo más de cien kilómetros de Isla Elefante se alzaba una barrera de hielo absolutamente impenetrable para la embarcación. Tuvieron que regresar a puerto.

Dos intentos posteriores fracasaron por la misma causa. El hielo formaba una barrera impenetrable para casi cualquier barco. Para colmo de males, el almirantazgo británico le comunicó a Shackleton que no tendría rompehielos disponibles hasta octubre. No podían esperar tanto tiempo. A esas alturas sus hombres habrían muerto o a saber en que condiciones los encontrarían.

Shackleton se puso en contacto con el gobierno chileno. Les solicitó, o más bien les suplicó, que le  dejaran el Yelcho. Este era un pequeño pero recio barco a vapor, con él y junto al capitán Luís Pardo Villalón se lanzaron el 25 de agosto al rescate de sus hombres. El 30 de agosto, a las 11:40 de la mañana, Shackleton divisaba el campamento de Isla Elefante. Toda la tripulación del Endurance había sobrevivido. Algunos de ellos habían sufrido amputaciones de dedos y la desnutrición era generalizada. Incluso en algunos momentos llegaron a plantearse que si falleciera alguno de ellos, los demás lo utilizarían como alimento. Afortunadamente para ellos, no hubo que llegar a tal extremo porque Sir Ernest Shackleton cumplió la palabra dada a sus hombres. Les dio su palabra de que volvería por ellos y por supuesto así lo hizo. Había realizado una de las más increíbles y memorables hazañas jamás protagonizadas por seres humanos. Una completa heroicidad digna de bastante más reconocimiento del que tuvo.



Tras una pequeña gira de conferencias por América y en gran parte debido a I Guerra Mundial, el regreso de Shackleton a Inglaterra pasó casi desapercibido. La mayoría de la tripulación del Endurance se alistó inmediatamente en la Marina Real Británica. Algunos de ellos perecieron en combate y otros finalmente fueron condecorados con medallas al valor. Shackleton fue asignado como comandante al navío Murmansk hasta el final de la guerra.

Como os habréis dado cuenta lo de Shackleton era caso aparte. Este hombre estaba hecho de otra materia. Como por lo visto no había tenido suficiente, nuevamente se lanzó a la aventura y organizó una nueva expedición antártica, la Shackleton-Rowett. El 17 de septiembre de 1921 zarparon rumbo al sur. Pero lamentablemente esta vez sería su último viaje. El incansable viajero terminó sus aventuras la noche del 5 al 6 de enero de 1922 en la isla de Georgia del Sur. Shackleton sufrió un infarto al corazón de fatales consecuencias. No pudo pisar por última vez el hielo de su amada Antártida.



Sus restos fueron enviados a Inglaterra, pero su viuda pidió que Sir Ernest Shackleton descansara eternamente en Georgia del Sur, frente al mar con el que tanto luchó pero que tanto amaba. Así terminaba la historia de un hombre realmente especial. Un hombre que fue capaz de dar de sí mismo por encima del máximo para salvar a sus hombres y dar cumplimiento a su palabra dada. Todo un ejemplo a seguir.