viernes, 31 de mayo de 2013

El rover Curiosity localiza lo que pudo ser el curso de un río.






Guijarros redondeados en la superficie de Marte indican que una corriente de agua fluyó alguna vez en el planeta rojo, según un nuevo estudio realizado por un equipo de científicos de la misión 'rover Curiosity' de la agencia espacial de Estados Unidos, NASA, que se publica en la edición de este viernes en la revista 'Science'.

   Los guijarros redondeados de este tamaño son conocidos por formarse sólo cuando se transportan a través del agua a lo largo de largas distancias y estos fueron descubiertos entre el borde norte del cráter Gale del planeta y la base del monte Sharp, una montaña en el interior del cráter.

   El hallazgo representa la primera evidencia in situ de un flujo constante de agua en el paisaje de Marte y es compatible con las perspectivas de que el planeta una vez pudo haber sido capaz de albergar vida. "Encontrar los guijarros redondeados que se depositaron hace más de 2.000 millones de años era una cuestión de aterrizar en el lugar correcto", explicó el geólogo de la Universidad de California, Davis, en Estados Unidos, Dawn Sumner, coinvestigadora del Laboratorio de Ciencia de Marte de la NASA y coautora del estudio.

   "La razón principal por la que elegimos el cráter Gale como lugar de aterrizaje era observar las capas de rocas en la base del monte Sharp, a unos cinco kilómetros de distancia -dijo--. Sabíamos que había un abanico aluvial en la zona de aterrizaje, un depósito en forma de cono de sedimento que requiere de un flujo de agua para formarse. Este tipo de piedras se deben probablemente al medio ambiente. Aunque no elegimos el cráter Gale para este fin, esperábamos encontrar algo como esto".

   El hallazgo proviene de la exploración del Curiosity de la superficie de Marte durante sus primeros 100 soles (102,7 días en la Tierra) o días marcianos. Durante ese tiempo, el vehículo viajó a unos cuatrocientos metros de su lugar de aterrizaje, examinando varios afloramientos de losas de piedra, de las cuales el Curiosity tomó imágenes de alta resolución en tres lugares conocidos como Goulburn, Link y Hottah. El tamaño del grano, la redondez y otras características de las piedras llevaron a los investigadores a la conclusión de que habían sido transportadas por el agua.

   Sumner dijo que el descubrimiento involucra algunos de los principios más básicos de la geología. "En el primer día de mi clase de sedimentos, hago a los estudiantes medir el tamaño de grano y la redondez --señaló Sumner--. Es simple pero muy importante". El trabajo de Sumner en África del Sur y Australia estudiando signos de vida pasada microbiana en las rocas y en las comunidades microbianas que viven en la Antártida, lo que ayudó a la expedición a aterrizar en el lugar idóneo.

   La NASA reconoció que sus habilidades podrían ser fundamentales para el objetivo de la misión: determinar si alguna vez pudo haber existido vida en Marte. Como parte del equipo, Sumner ayudó a coordinar las primeras interpretaciones científicas de lo que se vio durante los primeros días del Curiosity en Marte, ayudó a dirigir el vehículo, a través del ordenador, para disparar fotografías del planeta, y continúa trabajando en la misión de la UC Davis.