miércoles, 11 de diciembre de 2013

La Tierra pudo haber sembrado de vida lunas de Júpiter y Saturno.

   


Luna Encelado


Rocas desprendidas de la Tierra podrían haber llevado la vida a las lunas de Júpiter y Saturno, según un estudio, publicado en 'Astrobiology', llevado a cabo por un equipo internacional de científicos. Esta investigación pretende alertar a los expertos de que, si hayan vida en esas lunas, deberán contemplar la posibilidad de que se trate de vida procedente de otros planetas y no fuentes originadas en el propio mundo.

   La idea de que la vida se puede propagar a través del espacio es conocida como panspermia. Una clase de la panspermia es la litopanspermia, aquella que determina que la vida puede viajar en las rocas que se desprenden de superficie de los mundos. Si estos meteoritos portan suficientes organismos, estos podrían sembrar vida en otro planeta o en una luna.

   Aunque podría parecer descabellada, algunos estudios realizados apuntan a que la litopanspermia es posible. Por ejemplo, más de 100 meteoritos procedentes de Marte han sido descubiertos en la Tierra. Son rocas que se despegaron del planeta rojo y que acabaron estrellándose en su planeta vecino.

   Para llevar a cabo esta investigación, los científicos han realizado simulaciones por ordenador. Esta práctica mostró que hay materia que despegó de la Tierra por impactos cósmicos y que pudo haber escapado a la atracción de la gravedad del planeta, aterrizando en la Luna. También se ha determinado que miles de millones de años de polvo de la Tierra pueden haber acumulado en la superficie lunar unas 22 toneladas de material terrestre en 100 kilómetros cuadrados.


200 MILLONES DE METEORITOS SALIERON DE LA TIERRA


   Una vez obtenidos estos resultados, los científicos extendieron la investigación a las lunas de Júpiter y a las lunas de Saturno, algunas de las cuales se barajan como posibles portadores de vida, por la presencia de hielo en ellas.

   Así, la autora principal, Rachel Worth, ha destacado que, "durante el trabajo, se ha realizado la simulación de más de 100.000 fragmentos individuales" desprendidos de la Tierra y Marte. La mayoría de estos meteoritos se estrellaron de nuevo en su planeta de origen, otros fueron tragados por el sol, mientras que otra parte acabó golpeando planetas hacia el interior del Sistema Solar (Venus y Mercurio). Sin embargo, también hubo una pequeña fracción de meteoritos golpeó planetas hacia los planetas más lejanos a la estrella.

   Los investigadores calculan que, en el transcurso de los 3.500 millones años que se conoce que la Tierra ha tenido vida, se han 'producido' unos 200 millones de meteoroides suficientemente grandes como para llevar la vida hasta el espacio. También estimaron que, 800 millones de este tipo de rocas fueron expulsadas de Marte durante el mismo período. Esta diferencia de cifras se debe a la menor gravedad que posee el planeta rojo con respecto a la Tierra.

   De todos ellos, se ha calculado que 83.000 meteoritos de la Tierra y 32.000 de Marte podrían haber golpeado Júpiter después de viajar 10 millones de años, o menos. Además, aproximadamente 14.000 rocas de la Tierra debería haber golpeado Saturno, al igual que unas 20.000 de Marte.

   Dado que las lunas de esos mundos gigantes están relativamente cerca de sus planetas, muchos de los impactos podrían "salpicar" a los satélites, según ha apuntado la autora. Además, han calculado que las lunas de Saturno Titán y Encelado, y lunas de Júpiter Io, Europa, Ganímedes y Calisto, han sufrido entre uno y 10 impactos, tanto de la Tierra y de Marte.

   "Estos hallazgos sugieren la posibilidad de transferencia de la vida desde el interior del sistema solar a las lunas exteriores, aunque es muy poco frecuente, en la actualidad no se puede descartar", ha señalado Worth.