Mientras otras misiones más recientes, como el aterrizaje de Philae sobre un cometa o el primer despegue de la nave Orión, acaparaban toda nuestra
atención espacial en los últimos meses, el pequeño Curiosity seguía adelante
con la exploración de Marte, recogiendo datos y haciendo mediciones que aquí en
la Tierra los
científicos de la NASA
y de centros de investigación de todo el mundo analizan para conocer más sobre
nuestro planeta vecino: cómo es, cómo fue y, sobre todo, si alguna
vez acogió formas de vida .
Algunos de esos datos, sin embargo, tienen a la comunidad científica algo
desconcertada, puesto que no encajan con los modelos con los que venían
trabajando hasta ahora y no tienen, de momento, explicación. La revista Science publica esta semana un estudio
co-liderado por Guy Webster, científico de la NASA, en el que se recoge uno de estos
datos: Curiosity ha observado, a lo largo de 20 meses, cómo en momentos
puntuales la atmósfera de Marte presenta grandes picos y posteriores bajadas en
los niveles de metano. Y no tienen ni idea de dónde sale.
¿De dónde salen esos brotes de metano?
No es la presencia de metano, por tanto, lo que tiene en ascuas a los
científicos, sino los picos que han observado en sus cantidades presentes en la
atmósfera. "Esos aumentos temporales nos dicen que debe haber una
fuente relativamente localizada", explica Sushil Atreya, de la Universidad de
Michigan y uno de los miembros del equipo científico de Curiosity. Entender
el origen del metano de Marte es crucial para la exploración del planeta. Los
investigadores tratan, principalmente, de determinar si tiene un origen
biológico o no.
Y es que además de provenir de la descomposición de células de seres vivos,
el gas puede haberse producido como resultado de otros procesos, entre ellos
algunos geológicos, como la generación de determinados minerales o la
interacción entre roca y agua, y otros fotosintéticos, al degradar los rayos
ultravioleta del Sol compuestos orgánicos depositados en Marte por meteoritos o
polvo espacial.
Posibles fuentes y sumideros de
metano (vía nasa)
Aunque manejan varias hipótesis, los investigadores no se atreven a señalar
una fuente u otra como responsable única de la generación del metano. Aseguran
que los modelos de cálculo de los que disponen, incluso teniendo en cuenta la
acción del viento que circula sobre la superficie marciana y que podría causar
estos resultados en las mediciones del robot, no permiten reproducir las
características temporales y espaciales de estos penachos o brotes con
grandes concentraciones de metano.
La radiación UVA, por ejemplo, puede generar metano, y los modelos de
laboratorio permiten crear una simulación en la que, ajustando el ritmo de
caída de material proveniente de meteoritos, se alcanza el nivel de metano de
Marte. Pero no hay ningún evento, diario o estacional, que explique los picos
observados en escalas de tiempo de apenas unos días.
Las moléculas orgánicas, básicas para la vida
"Incluso teniendo en cuenta los impactos de varios objetos grandes, o
muchos eventos aéreos menores, el modelo no consigue situar suficiente carbono
sobre la gran superficie donde se han observado los brotes y, lo que es
más importante, no podrían producir el metano lo suficientemente deprisa como
para crear esos brotes en los espacios de tiempo observados", explica el
estudio.
Por tanto, argumentan Webster y sus colegas, debe haber algo más.
"Nuestras mediciones sugieren que las cantidades observadas se están
generando por más de un mecanismo a la vez. O se están produciendo ahora, o
provienen de reservas antiguas, o ambas cosas a la vez".
Las moléculas orgánicas, como son las de metano y muchas otras, son las
piezas químicas básicas para la vida, aunque también pueden existir
sin ella. Por lo tanto, los hallazgos de Curiosity no son una confirmación, ha
explicado la NASA, de que Marte haya albergado alguna vez vida microscópica
(o de ningún otro tipo) pero sí ayudan a entender cómo es la química que tiene
lugar en el planeta rojo ahora mismo, así como la posibilidad de que alguna vez
presentase condiciones favorables para la vida.