El
agua más antigua del mundo se descubrió en Canadá hace algo más de un mes.
Llevaba aislada más de dos mil millones de años a unos 1,5 kilómetros por
debajo de la superficie terrestre. Ahora, una investigadora de la Universidad
de Toronto, Barbara Sherwood Lollar, ha probado este líquido y ha asegurado, en
una entrevista a Los Angeles Times, que sabe "horrible".
Este hallazgo, publicado en la revista 'Nature', se produjo durante unas
investigaciones en la localidad canadiense de Ontario. El agua se encontró
atrapada en una grietas finas en una roca granítica, muy similares a la
superficie de Marte.
En la entrevista, Sherwood Lollar ha explicado que "lo primero que se
puede observar en este agua es la salinidad". "Debido a las
reacciones entre el agua y la roca, es extremadamente salada y tiene la
consistencia de un jarabe de arce muy ligero", ha apuntado. Además, ha
señalado que "no tiene color cuando se trata, pero tan pronto como entra
en contacto con el oxígeno se vuelve anaranjada por los minerales que
contiene".
"Tengo que admitir que la he probado y tiene un sabor horrible. Es mucho
más salada que el agua de mar. Definitivamente, nadie querría beber esto",
ha indicado, para explicar que ha tenido que probarla porque la degustación es
"la manera más rápida" para determinar la salinidad de un agua.
La investigadora ha confirmado que ese agua cuenta con unos 2.600 años de vida
y que llegó a estar bajo la superficie porque las rocas que la cubrieron se
formaron "sobre un océano". "Parte del agua atrapada en ellas
podrían ser restos de agua de mar que estaba en contacto con la roca cuando se
formó", ha señalado.
Antes de encontrar este agua se había hallado en una mina de oro en Sudáfrica
líquido de decenas de millones de años de antigüedad a 1,6 kilómetros por
debajo de la superficie. Hasta ahora, era el agua más antigua conocida.
En cuanto a la posible presencia de vida en el agua, la científica ha explicado
que aunque "es muy difícil reproducir las características exactas"
del líquido en el laboratorio, se estudian las células del agua para hacer las
investigaciones genéticas. "Nos fijamos en las huellas de ADN para
identificar lo que hay allí", ha señalado.
Finalmente, Sherwood Lollar ha reconocido al diario estadounidense,
que este tipo de estudios abren posibilidades al descubrimiento de vida en
Marte. "Si se han encontrado evidencias de que una vez hubo agua en la
superficie de Marte, también es posible que haya agua atrapada en alguna roca
oculta en las profundidades bajo la superficie del planeta", ha concluido.