El misterio que rodea al cuerpo de Lisa Gherardini, la modelo inmortalizada
por Leonardo Da Vinci en "La
Gioconda", puede resolverse 600 años después de su
muerte, pues expertos forenses y antropólogos trabajan ya con el ADN de unos
restos óseos que podrían corresponder a esta noble florentina. "Un equipo
de expertos trabaja ya con el ADN de una mujer que podría ser Lisa
Gherardini", explicó a Efe Silvano Vinceti, presidente del Comité Nacional
italiano para la Valoración
de los Bienes Históricos, Culturales y Ambientales. El paradero del cuerpo
de Lisa Gherardini del Giocondo es uno de los secretos mejor guardados de la
historia del arte, ya que ni historiadores ni antropólogos forenses han logrado
esclarecer dónde se encuentra la musa de Da Vinci, fallecida, según documentos
de la época, en 1542.
Se sabe que fue enterrada en el convento de Santa Úrsula en Florencia
(Toscana, centro), pues, tal y como afirmó el historiador, hay documentos
escritos por el párroco de la iglesia que así lo corroboran. "Esto es cierto,
Lisa Gherardini fue enterrada allí, pero a mediados del siglo XVI la iglesia
sufrió una remodelación", recordó Vinceti, que explicó que fue entonces
cuando se pierde su pista. Pero las investigaciones, iniciadas hace dos años
por el Comité Nacional italiano para la Valoración de los Bienes Históricos, Culturales y
Ambientales, con el fin de dilucidar el lugar en el que reposa uno de los
rostro más famosos del mundo, están llegando a su fase final.
Lisa Gherardini fue enterrada en el convento de Santa
Úrsula, pero la iglesia sufrió una remodelación y sus restos se perdieron
Hace dos años, científicos del Comité presidido por Vinceti desenterraron el
esqueleto de una mujer contemporánea de Lisa Gherardini. Para su identificación
-aclaró Vinceti- se abrió el pasado agosto de 2013 la Capilla de los Mártires en
la basílica de la
Santísima Anunciación de Florencia, donde está enterrada la
familia de Gherardini. "Del sepulcro se extrajeron los restos de su
marido, el comerciante florentino Francesco del Giocondo y de uno de sus cinco
hijos, Piero, además de Bartolomeo, otro hijo, fruto del primer matrimonio de
Del Giocondo", explicó.
Desde entonces y hasta ahora, los cuerpos han sido sometidos a numerosos
exámenes científicos para determinar si verdaderamente pertenecen a la familia
Del Giocondo, ya que la capilla fue vendida a otra familia en el siglo XVIII.
Los resultados fueron favorables, y ahora, el secreto parece estar a punto
de revelarse, pues un equipo de investigadores de la Universidad de Bolonia
compara el ADN de los restos óseos encontrados en Santa Úrsula con el de los
familiares de la modelo inmortalizada por Da Vinci entorno a 1506.
El equipo está dirigido por Giorgio Gruppioni, jefe del laboratorio de
Antropología Ósea de la
Universidad de Bolonia, y Antonio Moretti, de la Universidad de L'
Aquila. "La extracción del ADN no es una tarea fácil y requiere su tiempo,
por lo que es imposible precisar una fecha concreta en la que tendremos los
resultados", señaló Vinceti.
Lo que parece indudable es que Lisa Gherardini fue la mujer retratada por
Leonardo Da Vinci. Numerosos documentos que se conservan en el Archivo de
Estado de Florencia han demostrado que Mona Lisa nació y vivió en la Toscana italiana. Así lo
constata, explicó el investigador, la nota encontrada en el margen de un libro
que se conserva hoy en la biblioteca de la Universidad de
Heidelberg (Alemania), en la que Agostino Vespucci, amigo de Leonardo Da Vinci,
escribió: "Leonardo se encuentra trabajando en tres obras pictóricas,
incluyendo el retrato de Lisa Gherardini". "También el escritor
Giorgio Vasari dijo en 1550: 'Leonardo hizo para Francesco Del Giocondo el
retrato de su esposa Mona Lisa'", añadió Vinceti.
La Gioconda,
un óleo sobre tabla de 77 por 53 centímetros, pintado entre 1503 y 1519, fue
comprada por el rey Francisco I de Francia a principios del siglo XVI y desde
entonces es propiedad del Estado francés. En 1911, fue robada en París, pero se
encontró dos años después en Florencia. Desde entonces nunca ha retornado a
esta cuna del Renacimiento, ni siquiera para exhibirse de forma temporal. El
Comité italiano lucha desde hace años para que la pintura regrese temporalmente
a Italia e incluso envió una carta al director general de Patrimonio del
Ministerio francés de Cultura, Vincent Berjot, que rechazó esta posibilidad.