viernes, 29 de marzo de 2013

Viajar a una velocidad superior a la luz es posible… En teoría!





Las famosas naves de ciencia ficción de 'Star Trek' atravesaban el universo propulsadas por motores que distorsionaban el espacio-tiempo. Más de medio siglo después, la NASA nos anuncia que teóricamente sería posible desarrollar estos motores.

Sin embargo, la aplicación práctica del principio de distorsión del espacio-tiempo tiene que superar muchos retos. El empuje warp, o empuje de distorsión, es una forma teórica de propulsión superlumínica que permitiría a una nave espacial alcanzar una velocidad muy superior a la velocidad de la luz.
 

La NASA ha publicado en su sitio web un artículo con cierto tono irónico y carente de detalles titulado 'Propulsión warp: ¿Para cuándo?'. Como se desprende del texto, en uno de los programas de la NASA varios científicos trataron de desarrollar un sistema de propulsión para naves espaciales totalmente nuevo. La base teórica de este estudio son los trabajos de físicos y matemáticos como Matt Visser, Michael Morris, Miguel Alcubierre, entre otros.

Lógicamente, de momento no se trata de aplicar en la práctica estas teorías, pero el empuje warp (propulsión por un espacio-tiempo distorsionado) ha dejado de ser por primera vez un tema de conversación exclusivo de los aficionados a la ciencia ficción.

La contracción y la expansión 


La posibilidad de desarrollar un nuevo motor la describió Miguel Alcubierre: fue él quien descubrió que teóricamente se puede distorsionar el espacio de manera que este se contraiga delante del objeto y se expanda detrás de él. Por 'objeto' entendemos la nave espacial, aunque en las primeras etapas de investigación se tratará de partículas elementales.

Por lo tanto, una nave colocada en una 'burbuja' de espacio distorsionado permanecería estacionaria, mientras que una expansión violenta del espacio detrás de la nave espacial y una contracción del espacio frente a ella provocarían que la distancia entre la nave y la tierra aumentara rápidamente, mientras que la distancia entre la nave y una estrella lejana disminuiría a una velocidad superior a la de la luz.

En otras palabras, una nave capaz de distorsionar el espacio de esta manera no se desplazaría 'por' el espacio, sino 'con' el espacio.

Recordemos que según la teoría de la relatividad especial de Einstein, todavía no refutada en sus fundamentos básicos, la velocidad de la luz en el vacío no puede ser superada.

Según reconoció Harold White, director de Eagleworks, el laboratorio de la NASA que investiga las formas avanzadas de movimiento, "estamos intentando distorsionar el espacio-tiempo en aproximadamente una diezmillonésima parte"… lo que no es suficiente siquiera para mover un átomo de hidrógeno.

Estabilización

 
El problema más importante que afrontan los físicos que trabajan en la distorsión del espacio es estabilizar una situación extremadamente frágil: contraer y expandir el espacio no es lo todo. Hace falta también estabilizar este estado a largo plazo.  
La solución teórica consiste en utilizar el efecto Casimir, llamado así por el físico holandés Hendrik Casimir, quien en la década de los 40 del siglo pasado desarrolló la teoría según la cual entre dos cuerpos cercanos en el espacio existe cierta atracción no gravitacional.

Dicho de otra forma, en el vacío existen partículas y antipartículas que crean sus propios campos. El efecto Casimir consiste en retirar del vacío las partículas, con lo que se produce el llamado 'supervacío', en el cual se moverá la 'burbuja' con la nave espacial dentro.

Masa y energía

 
Sin embargo, el principal desafío es crear un espacio distorsionado. De hecho, precisamente la cantidad de energía y masa requerida para crear un espacio distorsionado es lo que provoca mayor escepticismo entre los científicos.

Según los cálculos de White mencionados por la revista 'Science Illustrated', con el fin de crear espacio suficiente para mover una nave espacial de 200 metros de diámetro (unas dimensiones bastante reducidas), se necesita la energía que se puede obtener de la famosa fórmula de Einstein, E = mc2, en que la masa (m) es nada más y nada menos que la masa de Júpiter.

La solución se podría encontrar si existiera una nueva fuente de energía, pero hasta ahora la humanidad ni siquiera ha sido capaz de desarrollar un motor termonuclear para cohetes convencionales, mucho más simple y con un consumo de energía mucho menor.

La cuestión de la energía no asusta a White. En una entrevista el científico recordó que el primer reactor nuclear de Estados Unidos, el gigantesco Chicago-I, construido en 1942, generaba tan poca energía que no podía encender ni una bombilla convencional.

White cree que tanto en el caso del primitivo reactor nuclear como en el de la distorsión del espacio, las pruebas de la viabilidad de estos fenómenos ya son de por sí un gran progreso.

"- Entonces, ¿sería posible hacerlo? - Sí, pero no en un futuro previsible" es la respuesta que se da en el artículo de la página web de la NASA.

martes, 26 de marzo de 2013

La humanidad sobrevivirá más tiempo del previsto.



Un grupo de investigadores de la Universidad de Oxford ha recalculado el Argumento del Juicio Final y ha llegado a la conclusión de que la especie humana podría sobrevivir durante más tiempo del que se había calculado previamente. Incluso, si tomamos las medidas oportunas, podría dar lugar a una civilización de larga duración. El estudio se publica esta semana en arXiv.org.
 
Según el conocido Argumento del Juicio Final, desarrollado por el astrofísico Brandom Carter en 1983, es posible predecir cuándo se extinguirá nuestra especie basándose en el número de seres humanos que existen en la actualidad y relacionando después la cifra con la estimación de cuántos han vivido a lo largo de toda nuestra Historia. El resultado, obtenido gracias a un cálculo de probabilidades, es capaz de decirnos, en teoría, hasta cuándo sería capaz de sobrevivir nuestra civilización.

Lo malo es que, hasta ahora, las previsiones obtenidas por los científicos con este método son bastante pesimistas. Aplicando el Argumento del Juicio final, en efecto, la especie humana se encontraría más o menos a la mitad de su recorrido a lo largo de la Historia y a nuestra civilización no le quedarían más allá de diez mil años antes de desaparecer por completo.

Para llegar a esta conclusión, se ha calculado que hasta ahora han vivido sobre la Tierra unos 70.000 millones de personas. Y si asumimos que el momento presente no ocupa un lugar especial en la Historia (y es, por lo tanto, un momento aleatorio, igual a cualquier otro), entonces existe un 95% de posibilidades de que nosotros, los que vivimos ahora, formemos parte del último 95% de seres humanos que vivirán jamás. Lo cual, a su vez, significa que hay un 95% de probabilidades de que el número total de humanos que existirá nunca sea inferior a 20 por 70.000 millones. Esto es, menos de un billón y medio de personas.

Si suponemos ahora que la población mundial se estabiliza en 10.000 millones de personas y que la esperanza media de vida es de 80 años, llegaremos a la conclusión de que todos los humanos que quedan por nacer hasta alcanzar la cifra total tienen por fuerza que nacer dentro de los próximos 10.000 años. Lo cual no es un gran futuro para la Humanidad.

Ahora, sin embargo, Un grupo de investigadores de la Universidad de Oxford encabezados por Austin Gerig ha conseguido actualizar el Argumento del Juicio Final y ampliar (aunque ligeramente) el plazo previsto de supervivencia de nuestra especie.

 

Muchas civilizaciones


Para ello, los científicos han considerado un escenario en el que no solo una, sino muchas civilizaciones han logrado evolucionar en el Universo. Se trata, pues, de una variante "Universal" del Argumento del Juicio Final que considera la posibilidad de que la civilización humana no sea la única que existe. "En ese caso -afirma el estudio- deberíamos considerarnos a nosotros mismos como individuos elegidos al azar de entre todos los que hay en este Universo o Multiverso".

En el pasado, estos argumentos "universales" no han arrojado resultados más optimistas que los convencionales para el futuro de nuestra especie. De hecho, todos ellos consideran que las civilizaciones de larga duración deben ser muy escasas porque, de no ser así, nosotros mismos estaríamos viviendo en una de ellas. Y lo que es más: precisamente porque las civilizaciones de larga duración son muy raras, las probabilidades de que la nuestra se convierta en una de ellas es muy escasa.

Sin embargo, el principal problema de estas conclusiones es que se basan en argumentos demasiado generales. Y eso es precisamente lo que ha corregido Gerig y su equipo, que han desarrollado un análisis mucho más detallado y que tiene en cuenta, también, factores como el número de amenazas a las que una civilización debe enfrentarse durante su existencia, como guerras nucleares, impactos de asteroides o pandemias globales, por no mencionar aquellas en las que ni siquiera aún se nos ha ocurrido pensar.

Sin embargo, esta nueva aproximación al problema ha permitido a Gerig echar un vistazo mucho más detallado a las posibilidades de que la Humanidad pueda sobrevivir en el futuro durante mucho más tiempo de lo que ya ha existido en el pasado.

Los resultados son de una extrema complejidad, pero la conclusión principal a la que llevan nos da algunas razones para la esperanza. "Si el número de amenazas existenciales no es demasiado grande -dice el estudio- la probabilidad de sobrevivir durante un largo tiempo se incrementa en un pequeño porcentaje".

 

Colonización de otros mundos


No es un resultado lo que se dice optimista, aunque tampoco es tan sombrío como el que arrojaban los cálculos anteriores. Gerig sostiene que sus cálculos sugieren toda una serie de acciones que, obviamente, la Humanidad debe llevar a cabo si quiere incrementar sustancialmente sus posibilidades de supervivencia a largo plazo. "Si hay un mensaje aquí para nuestra civilización -afirma- es que sería más que aconsejable destinar una cantidad considerable de recursos a desarrollar métodos capaces de desviar las amenazas conocidas, así como a la exploración espacial y a la colonización de otros mundos. Las civilizaciones que adopten esta política tienen más probabilidades de estar entre las pocas que superen los pronósticos".

Solo en tiempos muy recientes los científicos han empezado a estudiar de forma sistemática los riesgos de una catástrofe global, aunque algunos de esos estudios (como los que intentan catalogar a los asteroides potencialmente peligrosos) han llegado hasta la opinión pública, que se muestra cada vez más interesada en ellos. Quizá, razonan los autores, sea el momento de considerar mucho más seriamente también el resto de las amenazas que se ciernen sobre nosotros. Solo así conseguiremos que la Humanidad sobreviva más tiempo.

domingo, 24 de marzo de 2013

La roca espacial que exterminó a los dinosaurios podría ser un cometa




La roca espacial que impactó contra la tierra hace 65 millones de años y que, seguramente, estuvo implicada en la desaparición de los dinosaurios era probablemente un cometa especialmente veloz, según se ha apuntado esta semana en la 44ª Conferencia de Ciencia Lunar y Planetaria celebrada en The Woodlans, en el estado americano de Texas, según informa la BBC.

   Por el contrario, muchos científicos consideran que el culpable de la extinción de esta especie fue un gran asteroide que viajaba por el espacio a una velocidad relativamente baja.

   En este sentido, el científico Jason Moore, de la facultad de Darmouth en New Hampshire ha explicado los resultados de una investigación llevada a cabo al respecto "cuyo objetivo último era caracterizar del mejor modo posible el impacto, que produjo un cráter en la península del Yucatán (México)".

   El impacto levantó una capa de sedimentos ricos en iridio, un elemento químico, en concentraciones mucho mayores a las que se dan de forma natural en la Tierra por lo que los científicos creen que la roca "venía del espacio exterior"

   Sin embargo, durante la primera fase del proyecto, el equipo sugirió que los niveles de iridio que habitualmente se mencionan eran incorrectos. Comparándolos con otro elemento químico depositado en el impacto de la roca contra la Tierra, el osmio, fueron capaces de deducir que la colisión depositó menos escombros de lo que inicialmente se había supuesto.

   El nuevo cálculo de la cantidad de iridio depositada en la Tierra sugiere que el elemento que colisionó con el planeta tenía un tamaño menor del que en un principio se pensaba. Por ello, en la segunda parte del trabajo, los científicos trataron de comparar las dimensiones del nuevo objeto estimado con las propiedades conocidas del impacto de Chicxulub, que terminó con cerca del 70 por ciento de las especies animales de la tierra, incluidos los dinosaurios.

   "Para que una roca de un tamaño menor produjera un cráter de 180 kilómetros de diámetro, es necesario que viajara a una velocidad relativamente alta", explican. El equipo de investigadores cree que un cometa de periodo largo, con una órbita muy amplia, encaja mejor con las características del impacto que otras tesis que se han planteado anteriormente.

   "Se necesitaría un asteroide de cinco kilómetros de diámetro para que aportara esa cantidad de iridio, pero una roca así no crearía un cráter de casi 200 kilómetros", señala Moore. Por esta razón, los científicos dedujeron que el "culpable" de la desaparición de los dinosaurios debía ser un cuerpo con "suficiente energía para crear un cráter así pero con mucho menos material rocoso que un asteroide, y eso les llevó a los cometas".

   Los cometas de periodo largo son bolas de polvo, hielo y roca que realizan órbitas extremadamente amplias alrededor del sol. Realizar una sola órbita puede llevarles "cientos, miles o incluso millones de años".

   El científico Gareth Collins ha calificado la investigación como un "gran trabajo" y asegura que "dará que pensar". Sin embargo, también ha señalado que la geoquímica "únicamente puede determinar la masa de el cuerpo que se distribuyó en el impacto contra la Tierra, no la masa total del objeto". 

   De hecho, subraya que, "aunque algunos autores sugieren que el 70 por ciento de la masa de la roca podría haber sido distribuida y, por ello, creen que se trataba de un objeto de tamaño pequeño, la fracción que se repartió podría haber sido menor al 20 por ciento". Esta tesis mantendría abierta la posibilidad de que se tratara de un objeto mucho mayor y más lento que un cometa.


jueves, 21 de marzo de 2013

La nave espacial Voyager-1 abandona el Sistema Solar, todo un hito para la humanidad



La NASA ha confirmado, este miércoles, que la nave espacial Voyager-1 ha abandonado el Sistema Solar, después de casi 36 años en el espacio. La misión, que fue enviada y diseñada para estudiar los planetas exteriores, ha entrado en la zona fuera del alcance del Sol --fuera de la heliosfera-- y se calcula que está a más de 18.000 millones de kilómetros de la Tierra.

   La agencia espacial estadounidense ha indicado que los expertos notaron un cambio repentino en los niveles de radiación medidos por el la nave el pasado 25 de agosto de 2012, lo que les llevó a pensar que la nave ya no estaba en la heliosfera.

   Concretamente, detectaron que los rayos cósmicos anómalos --los atrapados en la heliosfera exterior-- estaban casi desaparecido y, al mismo tiempo, los rayos cósmicos galácticos --la radiación desde el exterior del sistema solar-- se disparó a niveles no vistos desde el lanzamiento de la nave.

   Ahora, en un artículo que se publicará en 'Geophysical Research', los científicos aseguran que Voyager-1 está camino a una estrella llamada 'AC 793.888', aunque no se acercará a ella hasta dentro de 40.000 años. 

   De hecho, la NASA aún no sabe si la sonda se encuentra en el espacio interestelar o está surcando alguna zona inexplorada del Universo. "De momento, todo lo que está midiendo es nuevo y emocionante", ha indicado uno de los responsables de esta misión, Bill Webber.

    El pasado mes de diciembre, un estudio revelaba que la nave estaba explorando un área en el alcance lejano del Sistema Solar, que los expertos conocen como 'carretera magnética', y que está considerada la última parada antes del espacio interestelar.

   Por el momento, Voyager-1 continuará con su viaje, ya que sus fuentes de energía de plutonio se detendrán en unos 10-15 años, momento en el que sus instrumentos y transmisores morirá, según ha explicado la NASA, que ha valorado "positivamente" esta tecnología "de los años 70 que está dando muchas satisfacciones a la investigación".

miércoles, 20 de marzo de 2013

Científicos alemanes logran completar por primera vez el ADN Neandertal



 Un grupo de investigadores del Instituto Max Planck en Alemania han anunciado hace unas horas la secuencia del primer genoma completo de un neandertal. La publicación se ha colgado en Internet a disposición de toda la comunidad científica.

Hace 3 años, en el 2010, el investigador Svante Paabo y sus colegas presentaron lo que sería el primer borrador del genoma del neandertal a partir de los datos recopilados de tres huesos hallados en una cueva en Croacia. El paso dado ahora ha sido posible utilizando un hueso de dedo del pie excavado ese mismo 2010 en una cueva ubicada en el sur de Siberia para generar un genoma de gran calidad a partir de un individuo neandertal único.

El equipo ha utilizado técnicas sensibles que han desarrollado en los últimos dos años para secuenciar cada posición del genoma alrededor de 50 veces, usando ADN extraído de 0,038 gramos de los huesos del pie. El resultado, tras el análisis del genoma junto a la secuenciación del genoma parciales de otros neandertales y el genoma de un hueso del dedo pequeño descubierto en la misma cueva, muestra que el individuo está estrechamente relacionado con otros neandertales de Europa occidental y Rusia.

En el proyecto del 2010 del genoma del neandertal, cada posición se determinó en promedio una vez. Ahora, en la versión actual completada del genoma, cada posición se determinó en un promedio de 50 veces. Esto ha permitido que incluso las pequeñas diferencias entre las copias de genes de este individuo neandertal heredadas de su madre y padre puedan ser distinguidas.

Un trabajo descrito por los investigadores como el primer genoma completo de un neandertal que está a disposición de la comunidad científica en Internet. Según el investigador Kay Prufer, quién ha coordinado los análisis del genoma:
Lo que tenemos es un genoma de alta calidad. Coincide con la calidad del genoma Denisovan presentado el año pasado, y es tan bueno o incluso mejor que los de hoy en día de múltiples genomas humanos disponibles hasta la fecha. Con este trabajo vamos a obtener conocimientos sobre muchos aspectos de la historia de los neandertales y sobre los cambios genéticos que se produjeron en los genomas de los humanos modernos tras separarse de los antepasados de los neandertales y los denisovanos.
El equipo ha explicado que presentará un documento extenso que describa el genoma a finales de este año, aunque la disponibilidad de la secuencia actual permitirá que otros científicos puedan beneficiarse del trabajo o debatir sobre lo conseguido. Un proyecto que ha sido posible gracias al trabajo de Paabo y sus colegas durante casi 30 años para el estudio del ADN antiguo.

 Fuente original noticia

El hallazgo de vida extraterrestre mucho más cerca



Carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, fósforo y azufre. Los seis elementos más abundantes en el cuerpo humano. Los más abundantes en las moléculas que protagonizan la vida en la Tierra. Y los seis que el todoterreno Curiosity ha encontrado ahora a pocos centímetros bajo la superficie de Marte.

El Curiosity ha descubierto estos seis elementos en un cráter que hoy es un desierto, pero que en un pasado remoto estuvo bañado por aguas que tenían la acidez adecuada para albergar vida. Eran aguas con una pequeña concentración de sales, y ni demasiado ácidas ni demasiado alcalinas para impedir los procesos biológicos. "Si hubieran estado en el planeta cuando había esta agua, la hubieran podido beber", declaró el 12 de marzo John Grotzinger, director científico de la misión, al presentar los últimos descubrimientos del Curiosity.

Dos días más tarde, astrónomos de Canadá y de EE.UU. anunciaban el descubrimiento de agua en la atmósfera de un planeta que orbita alrededor de la estrella HR 8799, a 130 años luz de la Tierra en la constelación de Pegaso. El planeta no es apto para la vida, pero el estudio detallado de su atmósfera, presentado en la edición electrónica de la revista Science, supone otro paso adelante en el largo camino que han emprendido los astrónomos hacia la detección de vida extraterrestre.

Si hasta hace poco la vida en otros mundos era cuestión de opinión (¿cree usted en los extraterrestres?) o de testimonios paranormales (¿ha tenido encuentros con extraterrestres?), desde finales del siglo XX se ha convertido en objeto de estudio científico. Incluso se ha acuñado un nombre para designar esta nueva disciplina científica: astrobiología.

Y aunque el proyecto SETI, que intenta captar señales de vida inteligente con telescopios, no ha encontrado por ahora ningún indicio de que pueda haber alguien más en el universo, los descubrimientos de Marte y de HR 8799 anunciados la semana pasada ilustran la hoja de ruta que han adoptado los científicos para buscar vida en otros mundos.

A diferencia de SETI, que busca civilizaciones avanzadas que se comuniquen con radiaciones electromagnéticas como nosotros, la nueva hoja de ruta se centra en buscar rastros químicos de vida. No habrá, por lo tanto, fotos de humanoides con trompetas por nariz. Más bien, en el caso hipotético de que se encuentren, formas de vida microscópica como bacterias.

En el caso de Marte, los todoterrenos de la NASA han ido a buscar los rastros de vida in situ. Misiones anteriores habían demostrado que el agua bañó la superficie de Marte en la época en que ya había aparecido vida en la Tierra, hace más de 3.000 millones de años. El Curiosity ha añadido ahora que esta agua líquida estaba en un entorno propicio para la vida, con un pH adecuado y los elementos químicos imprescindibles. "Es un entorno en el que un microbio hubiera podido vivir y prosperar", según Grotzinger.

El todoterreno de la NASA ha demostrado que Marte fue habitable en algún momento de su historia, que era uno de los objetivos principales de su misión. Pero que fuera habitable no significa necesariamente que estuviera habitado. Sus próximos objetivos serán encontrar moléculas orgánicas como las que forman los seres vivos en la Tierra y reconstruir la historia geológica de Marte para precisar en qué momento de su historia pudo albergar vida.

En el caso de estrellas lejanas como HR 8799, la búsqueda de rastros de vida debe hacerse desde la distancia. Los astrónomos disponen de una técnica llamada espectroscopia para analizar la composición de astros a los que no pueden enviar naves ni robots. Consiste en analizar la radiación que llega del astro y buscar si presenta la firma característica de distintos elementos y moléculas. La técnica se ha utilizado con éxito para conocer la composición de estrellas, pero "aplicarla a la débil radiación que nos llega de planetas extrasolares supone un reto técnico", informa Ignasi Ribas, especialista en exoplanetas del Institut de Ciències de l'Espai (IEEC-CSIC).

Este reto se ha superado en el caso del planeta HR 8799c, un gigante gaseoso mayor que Júpiter en el que se han encontrado agua y monóxido de carbono. Estas dos moléculas, y el hecho de que sea un planeta gaseoso con una temperatura estimada de unos mil grados, no permiten suponer que allí haya vida. Pero, si un observador extraterrestre analizara la atmósfera de la Tierra desde otro lugar de la galaxia y viera que contiene oxígeno y metano, que son gases que reaccionan químicamente entre ellos y por lo tanto desaparecen cuando están juntos, llegaría a la conclusión de que algo tiene que estar emitiendo alguno de estos gases a la atmósfera y podría deducir que la Tierra está habitada. Del mismo modo, los astrónomos esperan que, si llegan a detectar gases que reaccionan entre ellos en un planeta extrasolar, y pueden descartar que procedan de fenómenos geológicos como volcanes, podrán anunciar que han detectado vida extraterrestre. No la habrán visto, pero sabrán que está ahí.

Pese a estos avances, nadie espera encontrar vida extraterrestre a corto plazo. El Curiosity no está diseñado para buscar pruebas directas de vida, por lo que no llegará a aclarar si ha habido alguna vez vida en Marte. Habrá que esperar por lo menos hasta la misión europea ExoMars, cuyo lanzamiento está previsto para el 2018, para saber si Marte ha estado habitado. Tampoco hay en estos momentos ningún telescopio espacial ni ningún gran programa de observación astronómica específicamente dedicado a buscar indicios de vida en la atmósfera de planetas lejanos.

Pero lo que sí que hay es una hoja de ruta. Una estrategia racional de los pasos a seguir, de los hitos técnicos que hay que superar y de adónde lleva el camino. Y hay la esperanza de poder anunciar el descubrimiento de vida en Marte o en otro sistema solar en algún momento de la próxima década.

martes, 19 de marzo de 2013

Un equipo de astrofísicos detecta un misterioso gas en Titán



El análisis de los datos obtenidos por la misión espacial Cassini en dos sobrevuelos realizados en 2007 ha dado lugar a un sorprendente hallazgo: en la alta atmósfera de Titán, entre los seiscientos y los mil doscientos cincuenta kilómetros de altura, existe un gas oculto hasta la fecha cuya presencia se manifiesta por una intensa radiación en el infrarrojo cercano cuando el satélite está iluminado.
El descubrimiento, que se publicará en la revista Geophysical Research Letters, ha sido desarrollado conjuntamente por investigadores del CNR de Italia y del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC).

Gracias a la misión Cassini (NASA/ESA), en activo desde 2004, la atmósfera de Titán se encuentra bien caracterizada (98,4% nitrógeno, 1,6% metano, 0,1-0,2% hidrógeno y pequeñas cantidades de otros compuestos), de modo que el hallazgo de un componente atmosférico no catalogado anteriormente ha constituido una sorpresa.

"Se conocen bien los principales gases de la alta atmósfera de Titán y ninguno de ellos es capaz de generar una emisión tan intensa como la encontrada", señala Manuel López-Puertas, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) participante en el estudio.

Una señal oculta

El hallazgo ha sido posible gracias a los datos del espectrógrafo VIMS, a bordo de Cassini. "Una molécula de gas, por ejemplo de metano, puede absorber la luz solar, excitarse y, posteriormente, emitir la luz en una longitud de onda característica de dicha molécula. Así, analizando las emisiones de una atmósfera, de la de Titán en este caso, identificamos los compuestos presentes", ilustra el investigador.

La detección de esta nueva especie ha sido, no obstante, muy difícil, ya que su señal se hallaba oculta bajo la fuerte emisión precisamente del metano, uno de los compuestos mayoritarios de esta atmósfera. Gracias a un sofisticado modelo de excitación vibracional del metano, realizado previamente por los investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía, pudo aislarse la huella de este misterioso gas, situada en la parte infrarroja del espectro, a 3,28 micras.

La emisión de ese compuesto sin identificar, que produce una señal muy intensa, se halla presente durante las horas diurnas de Titán desde los seiscientos hasta los mil doscientos cincuenta kilómetros de su superficie, con un pico especialmente intenso a los novecientos cincuenta kilómetros.
El hecho de que se desvanezca de noche indica que debe tratarse de un compuesto que se excita bajo condiciones de iluminación solar o bien es destruido durante la noche lo que, junto a su clara firma espectral, acota el número de potenciales candidatos.

Tras descartar una serie de compuestos, los investigadores han aislado aquellos que mejor se ajustan a la señal: "La forma espectral de la emisión nos hace pensar que puede deberse a los hidrocarburos aromáticos poli-cíclicos (PAHs) o, quizás, a los compuestos aromáticos heterocíclicos (HACs), es decir, compuestos formados por cadenas de benceno con, quizás, algún átomo de carbono reemplazado por uno de nitrógeno. Sin embargo, cómo estos compuestos pueden producir una emisión tan intensa como la del metano constituye, a día de hoy, un misterio", concluye López-Puertas (IAA-CSIC).

Un satélite con lluvia y lagos de metano

Con una densa atmósfera y un ciclo de metano similar al hidrológico terrestre (con nubes, lluvia y líquido en superficie) caracterizado por una bajísima temperatura -unos 180 grados bajo cero en superficie-, se cree que Titán presenta unas condiciones similares a las que pudo tener la Tierra primigenia antes de la aparición de la vida.

Sin embargo, y a pesar de su evidente interés, no se obtuvo información en profundidad sobre Titán hasta 2004, año en que la misión Cassini (NASA/ESA) pudo no solo atravesar su anaranjada atmósfera y cartografiar su superficie mediante radar sino, además, enviar una sonda que aterrizó sobre ella, la sonda Huygens.

sábado, 16 de marzo de 2013

Europa y Rusia se alían para enviar robots a Marte en 2016 y 2018 en busca de indicios de vida




La Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Federal Rusa, 'Roscosmos', han firmado un acuerdo formal para trabajar en forma conjunta en el programa ExoMars, que enviará dos misiones al planeta rojo en 2016 y 2018 con el fin de conocer si alguna vez existió vida en Marte.

Los socios han acordado un reparto "equilibrado" de las responsabilidades de los diferentes elementos de la misión. Así, la ESA proporcionará el Trace Gas Orbiter (TGO) y la entrada, descenso y aterrizaje Módulo Demostrador (EDM) en 2016, y el transportista y el móvil en 2018.

Por su parte, 'Roscosmos' será responsable del módulo de descenso 2018 y la plataforma de superficie, y proporcionará loa lanzadores de ambas misiones. Ambas partes suministrarán los instrumentos científicos y cooperarán estrechamente en la explotación científica de las misiones.

ExoMars también demostrará las tecnologías centrales en fase de desarrollo de la industria europea, tales como el aterrizaje, roving o la perforación y preparación de muestras, que son una parte esencial de allanar el camino para el siguiente gran paso en la exploración robótica de Marte: una misión de retorno de muestras.

LAS MISIONES

 

Según ha explicado la ESA, la misión de 2016 tiene dos importantes elementos: la ESA TGO y EDM. TGO buscará evidencia de metano y otros gases atmosféricos que pueden ser firmas de los activos de los procesos biológicos o geológicos. También servirá como un relé de datos de la misión de 2018. EDM aterrizará en Marte para probar tecnologías clave para la misión de 2018.

En 2018, el rover ExoMars, cuya construcción será asumida por la ESA, buscará en la superficie del planeta signos de vida, pasado y presente. Será el primer rover en perforar la superficie del planeta hasta una profundidad de 2 metros, recogiendo muestras que han sido protegidas de las duras condiciones de la superficie, donde la radiación y los oxidantes pueden destruir los materiales orgánicos.

El director general de la ESA, Jean-Jacques Dordain, ha señalado que "esta es una ocasión trascendental para el programa ExoMars, ver como la industria y los científicos de Europa y Rusia trabajan juntos en estas dos emocionantes misiones en las que se desarrollan nuevas tecnologías y que van a demostrar la competitividad de la industria europea".

Por su parte, el jefe de 'Roscosmos', Vladimir Popovkin, ha indicado que "ha sido un largo camino en el que se ha realizado una gran cantidad de trabajo en conjunto". A su juicio, "el programa ExoMars se convertirá en el segundo proyecto grande después de Soyuz".


jueves, 14 de marzo de 2013

En diez años luz pueden encontrarse al menos 3 planetas como la Tierra



El número de planetas potencialmente habitables es mayor de lo que se pensaba, según un nuevo análisis realizado por un investigador de la Universidad Penn State, y algunos de esos planetas están probablemente al acecho alrededor de estrellas cercanas.

   "Nosotros estimamos que si fuéramos a buscar a las 10 estrellas pequeñas más cercanas encontraríamos unos cuatro planetas potencialmente habitables, más o menos", dijo Ravi Kopparapu, un investigador post-doctoral en Ciencias de la Tierra. "Esa es una estimación conservadora", agregó. "Podría haber más".

   Kopparapu detalla sus hallazgos en un artículo aceptado para su publicación en Astrophysical Journal Letters. En el mismo, volvió a calcular el carácter común de planetas del tamaño de planetas en las zonas habitables de estrellas de baja masa, conocidas también como las estrellas enanas frías o M.

   Los científicos se centran en enanas M por varias razones, explicó. La órbita de los planetas alrededor de las enanas M es muy corta, lo que permite a los científicos recopilar datos sobre un mayor número de órbitas en un período más corto de tiempo del que se puede obtener en estrellas similares al Sol, que tienen grandes zonas habitables. Las enanas M son más comunes que las estrellas similares al Sol de la Tierra, lo que significa que pueden ser mejor observadas.

   Según sus hallazgos, "la distancia media a la estrella más cercana con planetas potencialmente habitables es de unos siete años-luz. Eso es aproximadamente la mitad de la distancia de las estimaciones anteriores", dijo Kopparapu. "Hay alrededor de ocho estrellas frías dentro de un rango 10 años luz, por lo que de manera conservadora, deberíamos esperar encontrar unos tres planetas del tamaño de la Tierra en las zonas habitables".

   El artículo se enmarca en un estudio reciente realizado por investigadores del Centro Harvard-Smithsoniano para Astrofísica que analizaron 3.987 enanas M para calcular el número de candidatos a planetas del tamaño de la Tierra en zonas habitables, una región alrededor de una estrella donde los planetas rocosos son capaces de sostener el agua líquida y por tanto la vida. Ese estudio utilizó los límites de la zona habitable calculada en 1993 por Jim Kasting.

   Kopparapu cuenta que esos hallazgos, basados en datos del satélite Kepler de la NASA, no reflejan las estimaciones más recientes para determinar si los planetas caen dentro de una zona habitable.

   Estas estimaciones más recientes se basan en un modelo actualizado desarrollado por Kopparapu y colaboradores, utilizando información sobre la absorción de agua y dióxido de carbono que no estaba disponible en 1993. Kopparapu aplicó esos hallazgos con el estudio del equipo de la Universidad de Harvard, utilizando el mismo método de cálculo, y encontró que hay planetas adicionales en las zonas recién determinadas como habitables.

   Utilicé los nuevos cálculos de zona habitable y encontré que hay cerca de tres veces más planetas del tamaño de la Tierra en las zonas habitables alrededor de estas estrellas de baja masa respecto a las estimaciones anteriores", dijo Kopparapu. "Esto significa que los  planetas del tamaño de la Tierra son más comunes de lo que pensamos, y eso es una buena señal para la detección de vida extraterrestre".


martes, 12 de marzo de 2013

El robot Curiosity demuestra que Marte pudo albergar microbios en el pasado



El análisis de las primeras muestras de roca marciana recogidas por el robot Curiosity de la NASA ha demostrado que el planeta rojo pudo albergar microbios vivos en el pasado.
 
Los científicos de la misión de la agencia espacial estadounidense han identificado nitrógeno, hidrógeno, oxígeno, fósforo y carbono, elementos que se consideran ingredientes básicos para la vida, en el polvo recogido por el Curiosity tras taladrar el mes pasado una roca en el cráter Gale de Marte.
 
"Una pregunta fundamental de esta misión es si en Marte pudo existir un entorno habitable. Basándonos en lo que ahora hemos descubierto, la respuesta es que sí", ha explicado Michael Meyer, el científico principal del Programa de Exploración de la NASA, en una rueda de prensa celebrada en Washington.

Los indicios de este entorno habitable han surgido de los datos proporcionados por los instrumentos con los que está equipado el Curiosity para analizar muestras de roca e identificar sus componentes químicos.

Los datos recogidos por el robot indican que en la zona explorada por el vehículo robótico existió un río o lago antiguo que pudo proporcionar condiciones favorables para la vida microbiana en el pasado de Marte. La roca analizada contiene minerales arcillosos, minerales de sulfato y otros elementos químicos que pudieron favorecer la existencia de vida, y a diferencia de otras regiones de Marte, no era un entorno demasiado salado o ácido.

"Hemos descubierto un Marte muy antiguo donde las condiciones eran favorables para la vida", ha asegurado John Grotzinger, otro de los investigadores principales de la misión.

 

Minerales arcillosos


El Curiosity recogió sus primeras muestras de roca marciana a pocos metros de la misma zona donde el pasado mes de septiembre, el robot halló indicios de corrientes de agua que fluyeron por la superficie del planeta rojo en el pasado.

"Los minerales arcillosos constituyen al menos el 20% de la composición de la muestra analizada", ha explicado David Blake, otro de los investigadores que participan en la misión de la NASA. Estos minerales son un producto de la reacción de agua relativamente dulce con minerales ígneos, también presentes en el sedimento.

La reacción podría haber tenido lugar dentro del depósito sedimentario, durante el transporte de los sedimentos, o en la región de origen de los sedimentos. La presencia de sulfato de calcio junto con la arcilla sugiere que el suelo es neutro o ligeramente alcalino.

Los científicos se han sorprendido al encontrar las mismas sustancias químicas que en la Tierra permiten vivir a muchos microbios.

"La gama de ingredientes químicos que se ha identificado en la muestra es impresionante, y sugiere maridajes tales como sulfatos y sulfuros que indican una posible fuente de energía química para micro-organismos", ha apuntado Paul Mahaffy, otro de los científicos de la misión.

El Curiosity, que aterrizó en la superficie de Marte en la madrugada del 6 de agosto de 2012, completará una misión de dos años sobre el suelo marciano.

lunes, 11 de marzo de 2013

Europa y EEUU planean desviar un asteroide disparándole un misil

Es octubre de 2022 y la humanidad está a punto de presenciar un momento histórico. Por primera vez, un misil lanzado desde la Tierra impactará contra un asteroide para desviarlo. Será el primer ensayo general de un nuevo sistema para evitar que asteroides peligrosos choquen contra nuestro planeta causando efectos catastróficos. El plan se llama AIDA y ya lo están desarrollando científicos europeos y de EEUU.


Ninguna misión hasta la fecha ha intentado algo parecido. Se trata de acertar en una roca de 150 metros de diámetro que pasa a una distancia de unos 11 millones de kilómetros de la Tierra. Extrapolado al mundo deportivo, “será igual a lo que ve un futbolista que tiene que marcar desde 65 metros de distancia [más allá de medio campo] en una portería de 1,5 metros de alto en el último segundo del partido”. Así lo resume Andrés Gálvez, un ingeniero español de la Agencia Espacial Europea (ESA) que dirige parte del proyecto AIDA

En concreto, Gálvez es el responsable de AIM, siglas inglesas de Monitorización del Impacto en un Asteroide. Su objetivo es mandar una sonda al entorno del asteroide Didymos y observar todo lo que suceda antes y después del impacto desde una distancia prudencial. Su equipo trabaja junto al proyecto DART, la otra pata de la misión para desviar el asteroide.
En este caso lo dirige el Instituto de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins de EEUU, creado en los años 40 para desarrollar nuevo armamento durante la II Guerra Mundial. Inspirado en el diseño de sus misiles y cohetes, el objetivo de DART es lanzarle al asteroide una carga de 300 kilos de peso y que viaja a 6,5 kilómetros por segundo. 

Una energía equivalente a 30 bombas nucleares

 

“El artefacto que hará el impacto no lleva carga explosiva, pero al impactar a una altísima velocidad y por la enorme energía cinética transmitida será como si la llevara", resume Gálvez. El choque sucederá justo en uno de los puntos más cercanos del asteroide a la Tierra, lo que significa que será observable por radares y telescopios de todo el mundo.

Este tipo de misiones han cobrado súbito interés tras el 15 de febrero, cuando un meteorito de 20 metros de diámetro y que había pasado desapercibido a todos los sistemas de alerta actuales cayó en Rusia hiriendo a más de 1.000 personas. El asteroide resultó ser el más potente caído en los últimos 100 años, según la NASA, y liberó una energía equivalente a 30 bombas nucleares como la de Hiroshima.

“Con esta misión se quiere demostrar que podemos impactar en un objetivo determinado y medir el efecto real de ese impacto para compararlo con nuestros cálculos teóricos”, explica Detlef Koschny, responsable del programa de Objetos Cercanos a la Tierra de la ESA.

Hasta el 15 de marzo, la ESA tiene abierto un periodo de propuestas por parte de equipos científicos que tengan ideas para desarrollar aspectos técnicos de la misión, especialmente los relacionados a choques en hipervelocidad, de los cuales se tiene un conocimiento limitado.
“Es probable que haya propuestas con participación española ya que es un campo en el que tradicionalmente ha habido grandes expertos y compañías que han liderado el trabajo en este terreno a nivel mundial”, comenta Gálvez.

Dydimos, un asteroide formado por dos rocas

 

La misión AIDA, siglas en inglés de Estudio para el Impacto y el Desvío de un Asteroide, se dirigirá contra un asteroide doble, Didymos, formado por una roca de 800 metros de diámetro en torno a la que orbita otra de unos 150 metros de diámetro. El plan es lanzar primero la sonda AIM que planea Gálvez y que llegaría cerca del asteroide en agosto de 2022. 

La sonda comenzaría a estudiar ambas rocas y, en octubre de ese mismo año, se prepararía para presenciar el impacto del cohete DART. Este llegará a una velocidad de 6,5 kilómetros por segundo, lo que en física se conoce por hipervelocidad. Esto significa que tras el impacto hasta el metal se vuelve fluido y genera una nube de materia vaporizada. 

El impacto de DART contra la roca menor de Didymos desviará ligeramente su órbita en torno a la roca grande. La órbita de ambas se perturbará en aproximadamente un 1%. El efecto acumulado de ese desvío se irá sumando a cada órbita y en pocas semanas podrá observarse con telescopios terrestres como un cambio de la cadencia de ambas rocas, que se eclipsan una a otra, demostrando así que es posible desviar un asteroide.

Un proyecto inspirado en la misión Don Quijote

 

AIDA está aún en sus primeras etapas de definición, aunque se inspira en Don Quijote, otra misión de la ESA para investigar el desvío de un asteroide que se aparcó por falta de presupuesto. Tanto el cohete de impacto como la sonda de seguimiento han sido diseñadas con tecnologías existentes para reducir los costes al mínimo.
 
Si todo sale según lo planeado, AIDA inspirará un futuro sistema de defensa ante asteroides de entre 150 y 300 metros de diámetro, explica Koschny. “Posiblemente necesitemos impactadores más grandes para asteroides más grandes”, reconoce el experto. En el caso de que el asteroide peligroso tenga menos de unos 150 metros, como es el caso del que cayó recientemente en Rusia, la solución será diferente, reconoce.


La ESA ha comenzado a desarrollar una nueva red de telescopios para detectar nuevos asteroides peligrosos dentro de su programa de Conocimiento del Medio Espacial (SSA). "El dispositivo será capaz de detectar meteoritos de 40 metros de diámetro con tres semanas de antelación". En estos casos, dice Koschny, la solución sería “evacuar la zona de impacto y aceptar los daños que cause el asteroide”.

viernes, 8 de marzo de 2013

Los rusos creen haber hallado vida aislada hace millones de años en la Antártida




Científicos rusos creen que han descubierto nuevas formas de vida aislada durante millones de años en un lago subglacial en las profundidades del hielo de la Antártida, informó la agencia de noticias RIA.

   Después de más de una década de perforación intermitente, Rusia atravesó el año pasado la corteza congelada de la Antártida y tomómuestras de agua de un gran lago que ha permanecido intacto durante al menos 14 millones de años.

   Los científicos dicen que la oscuridad helada del lago Vostok, bajo unos 3.700 metros de hielo, puede proporcionar una visión del planeta antes de la edad de hielo y pistas sobre la vida en otros planetas.

   "Después de excluir todos los contaminantes conocidos, se encontró ADN bacteriano que no coincide con ninguna especie conocida en bases de datos mundiales", dijo Sergei Bulat del St Petersburg Nuclear Physics Institut.

   "Si (las bacterias) se hubieran encontrado en Marte, entonces, sin duda, nos habrían dicho que hay vida en Marte - pero esto es el ADN de la Tierra", dijo. "Estamos denominando a esta forma de vida como sin identificar o clasificar", explicó.

   Este descubrimiento viene del analisis de agua que se congeló en el extremo de la broca utilizada para perforar a través del lago Vostok, el más grande de una red de cientos de lagos bajo la capa de hielo que actúa como una manta atrapando el calor geotermal de la Tierra.

   Debido a la tecnología utilizada para evitar la contaminación del lago prístino, Rusia sólo obtendrá muestras de agua limpia - no contaminada por el fluido de perforación - para el análisis a finales de este año.

   De momento, Bulat dijo que los microbios desconocidos se encontraron después de separar especies de bacterias que se sabe que existen en el fluido de perforación. "Cuando tratamos de identificar el ADN, vinos que no coincide con ninguna de las especies conocidas. El grado de similitud fue menos del 86 por ciento", dijo a RIA Bulat.

"Esto es prácticamente cero cuando se trabaja con el ADN. Un nivel de 90 por ciento nos dice que el organismo es desconocido"

Fuente original de la noticia

jueves, 7 de marzo de 2013

Nuevas evidencias de que los cometas sembraron la vida en la Tierra



Químicos de la Universidad de Berkeley y de la Universidad de Hawai han llevado a cabo un nuevo experimento que simula las condiciones del espacio profundo y que ha revelado que la vida se creó en el helado polvo interplanetario y, posteriormente, fue transportada a la Tierra.

   El trabajo, publicado en 'The Astrophysical Journey', ha mostrado que las condiciones en el espacio son capaces de crear moléculas complejas, como los dipéptidos (pares enlazados de aminoácidos) que son elementos esenciales y comunes a todos los seres vivos.

   Este descubrimiento abre la puerta a la posibilidad de que estas moléculas llegaran a la Tierra a bordo de un cometa o meteorito y, ya en el planeta, comenzara la formación de proteínas (polipéptidos), enzimas y moléculas aún más complejas, tales como azúcares, que son necesarias para la vida.

   "Es fascinante considerar que los bloques de construcción básicos de la bioquímica que dieron lugar a la vida en la Tierra tiene origen extraterrestre", ha señalado el coautor del trabajo, Richard Mathies.

    Mientras que los científicos han descubierto moléculas orgánicas básicas, tales como aminoácidos, en meteoritos que han caído en la Tierra, no habían sido capaces de encontrar las estructuras moleculares más complejas que son requisitos previos para la biología del planeta. Por ello, los científicos siempre han asumido que la química realmente complicada de la vida debía tener su origen en los primeros océanos de la Tierra.

   Para llevar a cabo esta investigación, los científicos han utilizado una cámara de vacío enfriada a 10 grados por encima del cero absoluto, en la que han simulado una bola de nieve helada en el espacio, incluyendo dióxido de carbono, amoniaco y diversos hidrocarburos tales como metano, etano y propano.

   Posteriormente, golpearon dicha bola con electrones de alta energía, para simular los rayos cósmicos en el espacio. Fue entonces cuando los productos químicos reaccionan para formar compuestos complejos, dipéptidos, esenciales para la vida.


miércoles, 6 de marzo de 2013

¿Hallada la legendaria «piedra solar» de los vikingos?




Una vieja leyenda vikinga cuenta que los marinos utilizaban una «piedra solar» brillante para encontrar su camino en el océano. Elevada hacia el cielo, revelaba la posición del Sol incluso en los días nublados. Investigadores de la Universidad de Rennes, en la región de Bretaña (Francia), creen haber encontrado este mítico instrumento. Se trata de un cristal rectangular aparecido en un buque de guerra inglés que naufragó en el siglo XVI. La piedra está hecha de espato de Islandia, una forma transparente y de formación natural de cristal de calcita que polariza la luz y puede indicar la posición del Sol.

La roca ha sido encontrada entre los restos de un barco que había sido enviado a Francia en 1592 por la reina Isabel I como medida de precaución contra una segunda armada española, pero se hundió frente a Alderney, una de las Islas del Canal. Científicos británicos y franceses han discutido durante mucho tiempo si el hallazgo es una piedra solar, un dispositivo que fractura la luz, lo que permite a los marinos localizar el Sol, incluso cuando está detrás de las nubes o se ha metido por el horizonte.

Las piedras solares, de acuerdo con una teoría expuesta por primera vez hace 45 años, ayudó a los grandes navegantes nórdicos a encontrar su camino a Islandia e incluso tal vez hasta América del Norte durante el apogeo vikingo de 900-1200 dC, mucho antes de que la brújula magnética fuera introducida en Europa en el siglo XVIII. Pero solo hay una referencia vaga en la antigua literatura nórdica a una «solarsteinn», lo que significa que la idea se ha mantenido frustrantemente sin una prueba sólida. Estos navegantes eran capaces de cruzar miles de kilómetros en mar abierto entre Noruega, Islandia y Groenlandia. Las leyendas vikingas describen cómo en los días nublados o cuando azotaba la nieve, el Rey Olaf sostenía una piedra solar, miraba al cielo y observaba de dónde procedía la luz, a partir de lo cual adivinaba la posición invisible del Sol. 

Puesta a prueba

 

Los investigadores, según informa France 24, realizaron un análisis químico de una muestra pequeña de la roca, utilizando un dispositivo llamado espectrómetro, que confirmó que era una calcita. La piedra es aproximadamente del tamaño de una pequeña barra de jabón cuyos bordes han sido recortados en ángulo. En términos técnicos, su forma es romboédrica. Es de color blanco lechoso, y no es transparente, pero los nuevos experimentos muestran que se trata de una decoloración de la superficie, causada por los siglos de inmersión en el agua del mar y la abrasión por la arena, según el estudio.

Usando un cristal transparente similar al original, los científicos fueron capaces de seguir la pista del Sol poniente con poca luz, con una precisión de un grado. En un segundo experimento, fueron capaces de localizar el Sol durante 40 minutos después de que se hubiera escondido.


 Restos del barco vikingo Oseberg, descubierto en Sem (Noruega)


Otros factores proporcionan la evidencia de que se trata de una piedra solar, de acuerdo con la investigación. El cristal se encontraba entre los restos de otros instrumentos de navegación y pudo ser utilizado como respaldo de una brújula magnética. «Aunque era fácil de usar, la brújula magnética no siempre era fiable en el siglo XVI, ya que la mayoría de los fenómenos magnéticos no se entendían», dicen los investigadores.

Los autores publicaron el estudio en la revista Proceedings de la British Royal Society A.


NASA confirma el riesgo de colisión de un cometa con Marte en 2014




La NASA ha confirmado que el cometa 2013 A1 --también conocido como Siding Spring-- hará una aproximación muy cercana a Marte en octubre de 2014.

   La última trayectoria del cometa generada por la Oficina de Objetos Cercanos a la Tierra en el Laboratorio de Propulsión a Chorro en Pasadena, California, indica que el cometa pasará dentro de un margen de 300.000 kilómetros de Marte, y hay una fuerte posibilidad de que podría pasar mucho más cerca.

   Asi, la estimación actual de este organismo, basada en observaciones a 1 de marzo, indica que puiede pasar a solo 50.000 kilómetros de la superficie del planeta rojo.

   Los científicos generaron la trayectoria del cometa Siding Spring en base a los datos obtenidos por observaciones realizadas desde octubre de 2012. A la espera de resultados más refinados, en la actualidad, Marte se encuentra dentro de la gama de posibles caminos para el cometa y la posibilidad de un impacto no puede excluirse. Sin embargo, ya que la probabilidad de impacto es actualmente menos de uno de cada 600, observaciones futuras permitirán descartar por completo un impacto con Marte.

   Desde la Tierra, no se espera que el cometa alcance el brillo a simple vista, pero puede llegar a ser lo suficientemente brillante (magnitud sobre 8) para que pueda ser visto desde el hemisferio sur, a mediados de septiembre de 2014, con binoculares o telescopios pequeños.

   Los científicos estiman que este cometa lleva moviéndose por el espacio más de un millón de años, y que llegó a nuestro sistema procedente de la distante nube de Oort. Rob McNaught descubrió el cometa el pasado 3 de enero, en el Observatorio Siding Spring en Australia.

martes, 5 de marzo de 2013

El océano subterráneo de la luna Europa no está aislado



 Científicos del Instituto Tecnológico de California (Caltech), en colaboración con el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, han encontrado la mayor evidencia hallada hasta ahora de que el agua salada del vasto océano subterráneo de la luna de Júpiter, Europa, no está aislado, sino que está en contacto con la superficie helada e, incluso, intercambian productos químicos.

   La composición de Europa es parecida a la de los planetas interiores del Sistema Solar. Está compuesta principalmente por rocas silíceas y tiene una capa externa de agua de unos 100 kilómetros de espesor, parte como hielo en la corteza, parte en forma de océano líquido bajo el hielo.

   Las nuevas tecnologías han identificado de manera definitiva una característica espectroscópica en la superficie de la luna que indica la presencia de una sal de sulfato de magnesio, un mineral llamado epsomita, que sólo podría originarse en el océano.

   "El magnesio no debe estar en la superficie de Europa, a menos que llegue desde el océano, lo que quiere decir que el agua del océano sube a la superficie y los elementos de la superficie, presumiblemente acaban en el agua del océano", ha explicado uno de los autores del trabajo, Mike Brown.

   El científico ha indicado que "este hallazgo significa que la energía que podría estar pasando al océano, lo cual es importante en términos de las posibilidades de vida allí". "La superficie de hielo de Europa supone ahora una ventana a un océano potencialmente habitable", ha insistido. En este sentido, ha apuntado que significa que si "se quiere saber lo que hay en el océano, se puede ir a la superficie y raspar un poco.

    Los resultados, publicados en 'The Astronomical Journal', se obtuvieron a partir de una espectroscopia del el Observatorio Keck (Hawai), que opera con los telescopios más grandes y científicamente más productivos del planeta. Tiene diez metros y está equipado con óptica adaptativa (AO) para ajustar el efecto borroso de la atmósfera terrestre, así como el Espectrógrafo Infrarrojo de Campo Integral (OSIRIS), que, según han explicado los expertos, capta detalles que no fueron capaces de alcanzar los telescopios de la misión son Galileo de la NASA, que fue envida a estudiar Júpiter y sus lunas entre 1989-2003.

   Desde los días de la misión Galileo, cuando la nave espacial mostró que Europa estaba cubierta de una capa de hielo, los científicos han debatido sobre la composición de la superficie de Europa. El espectrómetro de infrarrojos a bordo de Galileo no fue capaz de proporcionar la precisión necesaria para identificar definitivamente algunos de los materiales presentes en la superficie.


domingo, 3 de marzo de 2013

El misterioso hexágono de Saturno



La cámara gran angular de la sonda Cassini de la NASA ha capturado una nueva imagen de una de las estructuras más misteriosas del Sistema Solar, el gigantesco hexágono de la atmósfera del polo norte de Saturno, cuyo origen aún no ha sido esclarecido del todo por los científicos. De 25.000 km de longitud -en su interior caben cuatro Tierras-, el fenómeno pudo ser fotografiado por la nave cuando estaba situada a 649.000 kilómetros del planeta aprovechando la llegada de la primavera en el gigante anillado, que ilumina la zona con luz solar y la rescata de la penumbra de un larguísimo invierno.


El extraño fenómeno fue descubierto hace casi tres décadas, cuando las sondas Voyager pasaban cerca de Saturno. La misteriosa forma hexagonal sorprendió a los científicos, que fueron incapaces de esclarecer qué era. Además, las naves no tuvieron mucho tiempo para poder obtener buenas imágenes. Hubo que esperar hasta el año 2009, en un sobrevuelo de la Cassini, que explora Júpiter y Saturno desde 2004, para observar el hexágono con detalle.

 

Extremadamente longevo

 

Los investigadores creen que la estructura se ha formado por una fuerte corriente que hace que las nubes adopten ese curiosísimo patrón regular de círculos concéntricos, espirales, figuras serpenteantes. Además de sus extrañas formas, la estructura sorprende por su longevidad, especialmente si se tiene en cuenta que los fenómenos meteorológicos en la Tierra no duran más que algunas semanas.


El misterioso hexágono tiene un diámetro gigantesco de cuatro veces el de nuestro planeta, el doble de lo que se creía hace unos años, y la fuerte corriente que lo sostiene se cree que circula en su interior a unos cien metros por segundo.

sábado, 2 de marzo de 2013

Los astronautas que irán a Marte se protegerán de la radiación con sus excrementos

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Los astronautas que irán a Marte en 2018 en el marco del proyecto de Dennis Tito, el primer turista espacial de la historia, entre otros medios usarán sus propios excrementos para protegerse de la radiación.


En su conferencia a inicios de esta semana, Tito puntualizó que los primeros viajeros marcianos deberían ser un matrimonio, además en una edad no fértil ya que es muy probable que la fuerte radiación a la que se someterán durante el vuelo perjudicará sus funciones reproductivas. Ahora uno de los especialistas que está trabajando en el proyecto, Taber MacCallum, detalló cómo los ingenieros espaciales intentarán reducir los riesgos.

Para crear una capa protectora, reforzarán las paredes de la futura nave con bolsas llenas de alimentos, agua potable y los residuos de la digestión de los astronautas, tanto líquidos como sólidos. Los residuos serán procesados luego para transformarse en agua y compensar los recursos que se irán consumiendo, una práctica convencional para los vuelos espaciales de larga duración. Según la idea que promueve MacCallum, a pesar de que el agua y los alimentos servirán para protegerse de la radiación, no será peligroso para los astronautas consumirlos luego, ya que reflejarán la radiación, sin absorberla.

"El agua protege mejor que los metales. Son núcleos de átomos los que bloquean los rayos cósmicos. Las moléculas de agua consisten de tres átomos pequeños, con lo cual contienen más núcleos por unidad que un metal", comentó a su vez Marco Durante, de la Universidad Técnica de Darmstadt (Alemania), según recoge la revista New Scientist.

La tecnología llamada 'Water Walls' (literalmente, 'paredes de agua') prevé la creación de una capa protectora líquida de unos 40 centímetros de grosor. Funcionará a partir de sacos especiales de polietileno que usarán la ósmosis (un fenómeno físico relacionado con el comportamiento de un sólido como soluto de una solución ante una membrana semipermeable para el solvente, pero no para los solutos; tal comportamiento entraña una difusión simple a través de la membrana, sin gasto de energía) para obtener agua potable de la orina y los excrementos.

Cabe mencionar que actualmente las bolsas todavía están en la etapa de pruebas. Su funcionamiento lo analizaron durante el último vuelo del último transbordador estadounidense y resultó que en condiciones de microgravedad, su eficiencia es un 50% menos que en la Tierra. Aparte de la 'Water Walls', la futura nave espacial tendrá una capa externa de aluminio como protección extra.




Los astronautas que irán a Marte en 2018 en el marco del proyecto de Dennis Tito, el primer turista espacial de la historia, entre otros medios usarán sus propios excrementos para protegerse de la radiación.
En su conferencia a inicios de esta semana, Tito puntualizó que los primeros viajeros marcianos deberían ser un matrimonio, además en una edad no fértil ya que es muy probable que la fuerte radiación a la que se someterán durante el vuelo perjudicará sus funciones reproductivas. Ahora uno de los especialistas que está trabajando en el proyecto, Taber MacCallum, detalló cómo los ingenieros espaciales intentarán reducir los riesgos.

Para crear una capa protectora, reforzarán las paredes de la futura nave con bolsas llenas de alimentos, agua potable y los residuos de la digestión de los astronautas, tanto líquidos como sólidos. Los residuos serán procesados luego para transformarse en agua y compensar los recursos que se irán consumiendo, una práctica convencional para los vuelos espaciales de larga duración. Según la idea que promueve MacCallum, a pesar de que el agua y los alimentos servirán para protegerse de la radiación, no será peligroso para los astronautas consumirlos luego, ya que reflejarán la radiación, sin absorberla.

"El agua protege mejor que los metales. Son núcleos de átomos los que bloquean los rayos cósmicos. Las moléculas de agua consisten de tres átomos pequeños, con lo cual contienen más núcleos por unidad que un metal", comentó a su vez Marco Durante, de la Universidad Técnica de Darmstadt (Alemania), según recoge la revista New Scientist.

La tecnología llamada 'Water Walls' (literalmente, 'paredes de agua') prevé la creación de una capa protectora líquida de unos 40 centímetros de grosor. Funcionará a partir de sacos especiales de polietileno que usarán la ósmosis (un fenómeno físico relacionado con el comportamiento de un sólido como soluto de una solución ante una membrana semipermeable para el solvente, pero no para los solutos; tal comportamiento entraña una difusión simple a través de la membrana, sin gasto de energía) para obtener agua potable de la orina y los excrementos.

Cabe mencionar que actualmente las bolsas todavía están en la etapa de pruebas. Su funcionamiento lo analizaron durante el último vuelo del último transbordador estadounidense y resultó que en condiciones de microgravedad, su eficiencia es un 50% menos que en la Tierra. Aparte de la 'Water Walls', la futura nave espacial tendrá una capa externa de aluminio como protección extra.


Texto completo en: http://actualidad.rt.com/ciencias/view/87978-astronauta-marte-proteccion-radiacion-excrementos