World Trade Center de Nueva York
Coincidiendo con el décimo aniversario del hecho quizás más relevante e influyente de lo que va del siglo XXI, en el Octavo Pasajero trataremos algunos de sus puntos más oscuros e inexplicables. En ningún momento se trata de alimentar ese peyorativo término de “Teoría de la Conspiración”, sino de realizar un análisis lo más frío y aséptico posible. Son muchos los puntos oscuros de la versión oficial. Algunos de ellos si se hace un ejercicio de credulidad son incluso aceptables, pero otros pueden provocar el sonrojo a cualquiera que tenga un cociente intelectual algo más elevado que Homer Simpson. Como no quiero que alguno de vosotros me llame “Conspiranóico”, trataremos aquí solo los hechos constatables y objetivos, sin entrar a teorizar sobre hipotéticas autorías que probablemente jamás conoceremos. Así que nos disponemos a realizar nuestro salto cuántico/temporal más corto hasta el momento. Destino, la Gran Manzana. Fecha, 11 de septiembre de 2011. Nos vamos….
Son las 8:45h, la bulliciosa Manhattan está iniciando su frenética actividad. Hasta ese momento nadie podía imaginarse que en un minuto comenzarán una serie de eventos que cambiarían el rumbo de la historia de este incipiente siglo XXI.
Se oye un gran estruendo, el ruido de los motores de un avión hace que los viandantes de los alrededores del World Trade Center de Nueva York miren al cielo. Sus rostros se quedan estupefactos cuando se dan cuenta de que una aeronave de pasajeros impacta contra la Torre Norte de las popularmente llamadas torres gemelas. El caos es total y cuando en todo el planeta estaba todo el mundo pegado a la televisión llega la segunda sorpresa. Un segundo avión golpea violentamente la Torre Sur. EEUU se encuentra en estado de shock. El país más poderoso del mundo está siendo atacado y la cosa no quedaría ahí ni mucho menos. El edificio más seguro y protegido del planeta, centro neurálgico del poder militar estadounidense, el Pentágono, recibe otro impacto, al parecer otro avión…. Los sucesos posteriores todo el mundo los conoce. El colapso de las torres es una imagen que quedará grabada a fuego en la memoria colectiva de la humanidad. Pero…. ¿es verdad todo lo que nos contó la CNN, ABC News etc o la mismísima comisión gubernamental? ¿Se le han dado a todos los hechos acaecidos la misma publicidad? ¿Se han ocultado detalles deliberadamente en la versión oficial? Pasaremos a exponer algunas de estas oscuras cuestiones. Que cada uno saque sus propias conclusiones.
El extraño caso de la torre 7.
Si bajáramos a la calle a hacer una encuesta en la que se cuestionara a los viandantes que identificaran qué edificios fueron destruidos en Manhattan el 11S, probablemente la inmensa mayoría de ellos respondería lo mismo, que fueron dos, las torres gemelas. Quizás incluso tú, mi querido amigo lector, piensas lo mismo. Siento mucho defraudarte y no te lo tomes a mal, pero tengo que decirte que estás equivocado. Un tercer edificio con el que no impactó ningún avión se vino abajo completamente a las siete horas de que se colapsaran las archiconocidas Twin Towers. ¿Sorprendido? Pues demos una vueltecita por ese edificio fantasma.
WTC 7
La Torre 7 era un edificio de forma trapezoidal de cuarenta y siete plantas que se encontraba a un poco más de un centenar de metros de las Torres Gemelas, distancia nada despreciable. La versión más o menos oficial dice que una serie de pequeños incendios en serie se propagaron hasta colapsar la torre. Este hecho convierte a la Torre 7 en el primer y único rascacielos del mundo con un armazón de acero que colapsa por incendios “ordinarios” fundiendo su estructura y no queda ladrillo sobre ladrillo.
A la versión “oficialista” se contrapone la que proponen la asociación estadounidense “Arquitectos e Ingenieros para la verdad del 11S”, integrada evidentemente por técnicos especialistas en estas disciplinas. Según esta asociación, tras haber analizado decenas de horas de video y documentación, sus conclusiones fueron que el colapso del rascacielos se debió a una “demolición controlada” en toda regla. El fundador del grupo, Richard Gage, realizó las siguientes declaraciones: "La Torre Siete es el arma humeante del 11-S. Un estudiante de bachillerato puede mirar este edificio desplomandose, practicamente en caida libre, de manera simetrica y sin problemas, y ver que no se trata de un proceso natural. Los edificios que caen en procesos naturales, caen por la via de la menor resistencia, no caen directo hacia abajo a traves de ellos mismos". La destruccion de la tercera torre nunca fue mencionada en el Informe de la Comision del 11-S. Como nota divertida e intrigante decir que una reporteera de la BBC anunción el colapso de la torre 7 cuando aun estaba de pie y justamente detrás de la periodista. Seguidamente se cortó la emisión. Sacad vuestras propias conclusiones.
Se anuncia que el edicio se ha derrumbado antes de que suceda
Los terroristas y el pasaporte milagroso.
Ahora pasaremos a analizar quienes fueron los autores materiales de los atentados, su capacidad para ejecutar una acción de semejantes proporciones.
Uno de los grandes interrogantes de la trama era quien era capaz de hacer maniobrar unos aviones de semejante tamaño con la precisión suficiente para hacer blanco en su objetivo marcado. Miembros de la dirección del SEPLA a los que se les preguntó por el asunto declararon lo siguiente:
“…La acción ha sido obra de pilotos entrenados y no de aficionados que hubieran tenido una formación improvisada. Tenía un mínimo de instrucción que se adquiere con mucho tiempo de aprendizaje y con mucho dinero. No eran aficionados.”, “El Piloto tenía una experiencia en este tipo de aviones, ya que sólo un experto puede hacer un impacto con esa precisión”.
Los dos terroristas que impactaron sus aviones en las Torres Gemelas solo tenían un cursillo para pilotar avionetas. Solo uno de ellos Mohamed Atta utilizó una vez un simulador de un Boeing en la academia. En fin la voluntad de Alá les inspiró en su misión o las videoconsolas valen para más de lo que parece.
Pasaporte de Satam Alsuqami.
Caso aparte es el del piloto del “supuesto” avión del Pentágono, Hani Hanjour. Al parecer este si tenía título de piloto comercial, obtenido en 1999, pero solo eso el título. Hanjour nunca llegó a trabajar como piloto. Eso si, o la oración consiguió el milagro o tenía los poderes de un Jedi. Aparte de conseguir llegar al Pentágono saltándose todos los protocolos del NORAD (Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial), sistemas de radar y de defensa. Fue capáz de estar cincuenta y cinco minutos en vuelo. Descendió casi a rás de tierra. Volando a tan solo cinco metros de altura tuvo la habilidad y el talento de esquivar todos los árboles y farolas que se encontraron en su camino, mas que nada para romper solo lo justito y finalmente impactar contra el Pentágono. Eso si, en la zona que estaba en obras, lo mismo era para ayudarles a echar algún que otro tabique abajo. Lo dicho, un vuelo prodigioso digno de Luke Skywalker o Han Solo y su Halcón Milenario. Pero los hechos milagrosos no quedaron aquí, hay uno que es para replantearse la fé en determinadas cosas.
Uno de los hechos más sorprendentes es la aparición del pasaporte del terrorista. El término milagro sinceramente creo que se queda corto. Pongámonos en situación, las Torres Gemelas eran dos edificios de 110 plantas repletas de oficinas. Como podréis imaginar y como suele ocurrir en toda ofcina que se precie, hay papeles por doquier, archivados y en las mesas, ¿lógico no?. Pues bien, como todos sabemos, el avión impactó contra la torre norte, estallando y prácticamente desintegrandose. Y aquí llega glorioso milagro, el pasaporte del señor Satam Alsuqami, terrorista en sus ratos libres, no solo no se volatilizó con el resto del avión y el pasaje, sino que entre la maraña de cientos de miles de papeles que volaban desperdigados sin rumbo por toda Mahanttan, es encontrado por un viandante momentos antes del colapso de las torres. Es de suponer que este hombre no tenía otra cosa más interesante que hacer que mientras todo el mundo miraba a las torres o salía a toda leche de la zona, él se puso a rebuscar papeles. Este honrado ciudadano neoyorquino entregó el pasaporte al agente de policía Yuk H. Chin, haciendo un enorme servicio a su país y proporcionando una magnífica pista para la aclaración de los atentados. Lo mismo el terrorista suicida momentos antes de la colisión abrió la ventanilla del avión y… ¡¡tiro el pasaporte!! Lo que son las cosas, todo es posible en América.
Las cajas negras.
Con las cajas negras de los aviones ocurre tres cuartas de lo mismo. Errores, fallos, incongruencias etc, lo normal en esta historia.
Caja negra de avión.
Todos los aviones comerciales disponen de dos cajas negras distintas. Una graba las conversaciones de los pilotos y las comunicaciones. La otra graba hasta 28 parámetros técnicos del avión, rumbo, altitud, velocidad, etc… Estas cajas negras, que son rojas normalmente, están construidas con materiales realmente resistentes y son prácticamente indestructibles. Pues nada, bien pronto aparecen las “anormalidades”, vamos con ellas.
La comisión de investigación del 11S nos dice que las cajas negras de los vuelos 11 (Torre Norte) y 175 (Torre Sur) no aparecen por ningún lado. Habrá que creerse que las cajas, no una, sino cuatro, que ya es raro, se desintegrarían en la colisión. ¡¡¡Ya podían haberlas construido del material del pasaporte de Suqami!!!
Pero la cosa no queda ahí. El bombero Nicholas DeMassi declaró que acompañó a agentes federales, no sabemos si iban Mulder y Scully, a localizar las cajas y que localizaron tres de ellas. Nunca se supo mas de su contenido.
Respecto a las cajas de los otros vuelos decir que tampoco se escapan de las anomalías. El director del FBI que en la grabación del vuelo 77, el que supuestamente colisionó con el Pentágono la grabación de la cabina no tenía ningún dato de interes y nunca se ha revelado su contenido. Y la del vuelo 93, el que cayó en Pennsylvania, solo pudo ser oída por los familiares en el 2002. Tuvieron que firmar un compromiso de no divulgación y los tres últimos minutos de la grabación están suprimidos. Como véis hay muchas sombras en esto y tanto oscurantismo solo puede hacer que las sospechas vayan en aumento. En cualquier accidente aereo las cajas aparecen pues en este caso o se han perdido, están dañadas o sus grabaciones mutiladas.
El Pentágono.
Aquí llega una de las madres del cordero. Quizás la que más alimente las teorías conspirativas. En mi humilde opinión motivos hay de sobra para ello.
Recreación de la colisión de un avión contra el Pentágono.
Suponiendo que como hemos comentado antes, nuestro superpiloto galáctico hubiera sido capaz de realizar esas portentosas maniobras nunca vistas en la historia de la aviación, las imágenes del Pentágono tras la colisión siembra muchas dudas sobre la versión “oficial”. Pero vayamos a los fríos datos numéricos.
Estamos en el Pentágono, quizás el edificio más seguro del planeta. Protegido por cuantiosos protocolos de seguridad. Pues bien, un avión comercial de pasajeros, un Boeing 757 de 55 metros de longitud y 38 de envergdura, tras haber realizado la increible maniobra de aproximación con un giro de 270º-330º, a 850Km/h y realizando un descenso de 7000 pies (2200m aprox.), esquivando arboles y farolas en vuelo casi a rás de suelo, impacta en la zona occidental del edificio sobre las 9:37h. Afortunadamente la zona esta casi vacía por las obras que se realizaban en ese momento. Hasta aquí la versión oficial y de la que cada vez más gente desconfía.
Ahora utilicemos un poco la lógica. Es prácticamente imposible que un Boeing 757 pudiera, por unos 500 kilómetros, escapar de la detección de radares civiles y militares, de cazabombarderos enviados en su persecución y de los satélites de observación. Por otro lado es prácticamente imposible que un Boeing 757 pudiera penetrar en el espacio aéreo del Pentágono sin ser destruido por una o más de las cinco baterías de misiles que protegen el edificio. Para sobrevolar la zona hay que dar una serie “Codigos amigo” de los que lógicamente los terroristas carecían. Pero en fín, haciendo un ejercicio de credulidad que me estoy asustando hasta yo mismo, supongamos que el audaz piloto lo consiguió. Es la versión oficial y hay que creersela ¿no? Pues las consecuencias fueron las siguientes. La aeronave atraviesa tres de los cinco anillos concéntricos que conforman el Pentágono, prácticamente como si se clavara un cuchillo en la parte lateral de una enorme tarta pentagonal. A pesar de que el ala se encontraba casi vacía por las obras que antes hemos citado son 125 las víctimas mortales. El caos es total, humo, fuego, desconcierto…
Ausencia de restos del avión en el ataque al Pentágono.
Pero hay algo que no cuadra y si observamos con detenimiento fotografías y videos no hay el más mínimo rastro de un avión. En cualquier accidente aéreo los restos se encuentran esparcidos sobre el terreno. Restos de sillones, las alas, motores y los cuerpos sin vida son el paisaje habitual. Pero sobre el césped que rodea al edificio solo hay restos de la fachada. ¿Dónde están esos restos? Si el hueco de la abertura es menor que la envergadura de las alas estas debían de haberse quedado fuera junto a los motores. Es una simple cuestión de física.
La única filmación que ha sido desclasificada es una realizada por una cámara de seguridad en la que no aparece ningún avión por ningún sitio, es solo una explosión y si miramos con atención se observa como un pequeño artefacto de color blanco cruza el plano e impacta con el edificio. Pero si no era un avión.. ¿Qué era?. Si fuese así… ¿Dónde está el avión y sus pasajeros?
Los vídeos requisados en la zona del Pentágono después de los ataques del 11S fueron mencionados en la declaración "Maguire", donde la Agente Especial del FBI, Jacqueline Maguire respondió el FBI tenía 85 cintas de vídeo que podrían ser relevantes. De ellas, 56 no mostraban ni el Pentágono, ni el lugar del accidente, o el choque del vuelo 77 contra el Pentágono. De las 29 restantes cintas de vídeo, 16 no muestran el lugar del accidente del Pentágono y no muestran el impacto del avión. De las 13 cintas restantes que mostraban el lugar del accidente, 12 solo mostraban el lugar de los hechos tras la supuesta colisión. El video que se grabó desde la gasolinera Citgo no muestra ningún impacto. El avión no aparece por ningún lado.
Son muchos los datos, estudios, miles de horas de video que reafirman o anulan versiones. Una cosa es segura, a los muertos nadie les devolverá la vida pero algo que haría honor a sus memorias es que el propio gobierno estadounidense aclarara de una forma contundente estos puntos.
Sacad vuestras propias conclusiones. Es cuestión de hacerse las preguntas adecuadas.
El Octavo Pasajero